La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Ganó “que viene el fascio coco

Los votantes de la izquierda se han creído las mentiras fascio-mete-miedo permitiendo a Sánchez ganar perdiendo

Los perdedores ganan y el ganador pierde. Escribo perdedores en plural porque tanto el PSOE como los nacionalistas, salvo Bildu, perdieron: el PSOE quedó en segundo lugar a una distancia de 330.953 votos y 14 escaños del PP, pero podría gobernar sumando todos los partidos de la izquierda populista y el nacionalismo independentista si cuenta con la abstención de Junts. ERC ha perdido 412.000 votos y Junts 134.831; el PNV ha sido superado por Bildu y queda en tercera posición en el País Vasco. Todos han perdido. Pero el PP es el ganador que pierde. Crece tres millones de votos y obtiene 47 diputados más que en las últimas elecciones, pero no logrará gobernar tras no alcanzar los números que las encuestas le pronosticaban –se cumplió lo de “mañana de expectación, tarde de decepción” que dicen los taurinos– y haberse desplomado Vox, su posible y tóxico socio de gobierno.

Ha triunfado la propaganda antifascista basada en mentiras y exageraciones –porque una cosa es la derecha o extrema derecha populista y otra el fascismo, al igual que una cosa es la izquierda o extrema izquierda populista y el comunismo estalinista, maoísta o el jemer rojo– llevadas a un límite peligroso que culminó con los militantes y simpatizantes del PSOE coreando “no pasarán” en la celebración callejera de Ferraz mientras en la tribuna Montero parecía una ménade en pleno delirio dionisíaco y Sánchez no se molestaba en felicitar al ganador como manda la cortesía política, celebrándose a sí mismo como ganador al frente de un ídem popular.

En la campaña la izquierda ha ido mucho más lejos que la derecha en mentiras y exageraciones de cuerpos en cunetas, pérdida de derechos y libertades, retorno del franquismo y el fascismo, triunfo de la homofobia y el machismo, colapso censor de la cultura, gobierno de los herederos de los verdugos… La derecha no ha recurrido –afortunadamente, por otra parte– a los “paseos”, la quema de iglesias, los fusilamientos de curas, el carnicero de Albacete, la columna de la muerte, Paracuellos o las purgas estalinistas en plena guerra. Sus votantes sabían que esto no pasaría si Sánchez formaba gobierno con la izquierda populista y los independentistas. En cambio los votantes de la izquierda se han creído los mentirosos y exagerados augurios fascio-mete-miedo del PSOE y la izquierda populista. Lo que ha permitido a Sánchez ganar perdiendo.

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