La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sader-Masoch, patrón de España

Asombra nuestro masoquista gusto por flagelarnos asumiendo como realidad la leyenda negra

Deberíamos pedir perdón por el colonialismo” dice la artista peruana que representará a España en la Bienal de Venecia, evento nacido en 1895 y fuertemente impulsado por Mussolini en los años 30 poniendo a su frente al conde Giuseppe Volpi di Misurata –en homenaje a quien el premio a las interpretaciones de llama Copa Volpi– sumándole los festivales internacionales de cine (primero de la historia), música y teatro. Todo tiene un pasado.

Puestos a pedir perdón habría que exigírselo, además de a nosotros, a los descendientes de los asirios, los aqueménidas, los macedonios, los romanos, los hunos, los mongoles, los aztecas, los chinos, los japoneses, los omeyas, los rusos, los británicos, los franceses, los portugueses y cuantos pueblos hayan tenido el capricho de invadir, esquilmar, arrasar o conquistar otros pueblos. Y tampoco hace falta retroceder siglos. Hace 79 años Alemania sometió toda Europa y perpetró el Holocausto. Y en 2014 Suecia admitió que entre 1935 y 1996 se esterilizó a 230.000 personas, la mayoría gitanos, por razones de “higiene social y racial”.

No es cuestión de hacer un “atrocidades de muchos, consuelo de todos” para exculparnos, pero sí de destacar nuestro masoquista gusto por flagelarnos, asumiendo como verdad histórica la leyenda negra e infravalorando o ignorando las realidades positivas que también existieron, como las denuncias de las Casas o el papel fundamental de la Escuela de Salamanca en el nacimiento del derecho internacional y la defensa de los derechos humanos, tomándolas acomplejadamente por patrioterismo de derechas. Como en todas las historias, en la nuestra se trenza lo peor y lo mejor del ser humano.

Entre la exaltación patriotera y el gusto masoquista por flagelarse está la racionalidad de la Historia como, por ejemplo, la definió el gran Marc Bloch: el lugar de la inteligibilidad de los actos de los hombres a lo largo del tiempo. Entendiendo inteligibilidad como la cualidad de lo inteligible, es decir, de lo que puede ser entendido, comprendido o descifrado a través de un proceso racional con vocación de objetividad. Que los españoles y la España de 2024 deban pedir perdón por lo hecho por quienes gobernaron y vivieron hace quinientos años, olvidando además lo que de positivo se hizo, es un disparate. Sader-Masoch, no Santiago, debía ser el patrón de España.

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