Muy pronto se cumplirán 56 años de la iniciación de una gran labor desplegada por la Asociación de Padres y Protectores de Niños y Adolescentes Subnormales. Aspapronias como la conocemos habitualmente. y que ahora se denomina Asociación de Padres y Protectores de Personas con Discapacidad Intelectual, entidad declarada de Utilidad Pública pionera en su género en Huelva. La plausible idea del doctor Joaquín Manzano que siguió Roberto Trigueros Bada, ha tenido continuadores infatigables y denodados colaboradores que la han consolidado en todos sus objetivos y de cara a los nuevos retos que se plantean en la actualidad. Su amplia actividad se desarrolla en el complejo de El Manzanal, en la Ronda Norte, que ha contado con la gran ilusión de los benefactores de tan noble causa, esperándose las ayudas necesarias para ampliar la residencia de adultos y en un futuro, que, esperamos y deseamos, no se dilate demasiado, trasladar y ampliar las dependencias que funcionan en el polígono residencial de San Sebastián, donde funciona un colegio de Educación Especial, varios centros ocupacionales y el gran logro de esta institución para conseguir la integración laboral: el Centro Especial de Empleo en la especialidad de Artes Gráficas, que da empleo a 9 trabajadores discapacitados y 3 monitores y que puede ser uno de sus más destacados referentes. Y con ello cumplir el gran objetivo de mejorar la calidad de sus acogidos.

Todo esto es posible con la aportación de más de mil doscientos socios que contribuyen con sus modestas cuotas que permiten la financiación de tan importante conjunto de actividades, que, si bien no recibe subvenciones de ningún género, si cuenta con una serie de convenios con las Consejerías de Igualdad y Bienestar Social y Educación y Ciencia, aparte de los cursos que organiza en colaboración con la Delegación Provincial de Empleo y Desarrollo Tecnológico. Un buen plantel de personal altamente cualificado y especializado trabaja para hacer posible el fomento, asistencia, recuperación y enseñanza de los niños, adolescentes y personas con discapacidad intelectual, además de la protección de menores y la atención de los trabajadores con dedicación en los distintos centros, mejorando la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y la de sus familias.

La sociedad onubense debe concienciarse de la trascendencia e importancia de esta labor ejemplar y prodigar sus ayudas en la medida de sus posibilidades a tan noble institución. Un buen ejemplo de ello lo tuvimos la semana pasada con motivo de la inauguración de la remodelación de la piscina cubierta terapéutica del centro de Aspapronias en la Ronda Exterior, que ha sido posible merced a las ayudas del Puerto de Huelva y el Ayuntamiento de Palos de la Frontera. Es la más generosa manera de reconocer la extraordinaria labor de esta entusiasta Asociación de Padres y Protectores de Personas con Discapacidad Intelectual.

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