Visiones desde el Sur

Desvarío

Si uno oye a nuestros representantes políticos tiene la impresión de que nos están mintiendo, todos

Vivimos en volandas de los acontecimientos. Es tal el cúmulo de informaciones que nos suministran los que manejan estas cosas, que no nos queda tiempo para un análisis pormenorizado de las mismas. Y, claro, tal y como se espera de nosotros, olvidamos los hechos, lo relevante, las génesis que dieron origen a nuestras congojas individuales y colectivas.

La ciudadanía anda desangelada, confundida, con un desánimo que la hace vivir en un mundo cuasi distópico. Porque, si uno oye a nuestros representantes políticos, tiene la impresión de que nos están mintiendo, todos, sin excepción; no desean comunicarnos el por qué de sus decisiones, que parecieran no tener que ver con la realidad y que se acercan más al puro cuento o a una mala obra de teatro, por no decir de manera clara que a un esperpento que estuviéramos obligados a ver como los espectadores que Platón instaló en La Caverna. O sea, por cojones, para entendernos.

La política se convierte así en una hacedora de agravios cuando debiera ser lo contrario, la que diera solución a los problemas que nos atañen. Como si a la fuerza estuviésemos abocados a una noche eterna llena de disparatadas quimeras. Como si fuéramos imbéciles, vamos. ¿Y saben lo que traerá este desaguisado en donde la mentira campa a sus anchas? Pues, una apatía de la ciudadanía hacia la política por falta de credibilidad. Y esto, curiosamente, y sería largo de explicar, afecta más a los partidos de izquierda que a los de derecha. Pongamos algunos ejemplos.

Las primarias -legítimas- que se celebrarán el domingo en Andalucía y que dividirán a los militantes del PSOE; pero, deseo iterar a los aguiluchos de Ferraz que no se puede vender la piel del oso antes de darle alcance.

Las relaciones con Marruecos; la vacunación de la selección española de fútbol; el cacao de la interterritorial de sanidad; los entuertos de las comunidades de Murcia, Castilla y León y Madrid, al que puede que le siga Andalucía porque el ensayo ya está en la ciudad de Granada; los posibles indultos a los arrestados o evadidos por el Procés…

Mientras, la derecha y la ultraderecha se manifestarán cohesionadas este domingo en la plaza de Colón en Madrid y en otros muchos puntos de España.

El viento sigue arreciando porque los conservadores mantendrán la tormenta política activa cuanto sea menester, no van a cambiar de estrategia; la izquierda mientras, que siga dividiéndose y encastillada en la Moncloa. Todo un desvarío.

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