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El sector gastronómico esuna de nuestras máximas atracciones para la genteque viene por aquí

Cada día más personas coinciden en que una de las cosas que está perjudicando más al sector turístico es esto de los pisos para turistas que proliferan en las ciudades. Este tipo de alojamientos se venden desde multinacionales que los manejan como cosas “alternativas”, güais, experiencias de verdad, mucho mejores a una cosa “tan antigua” como alojarse en un hotel. Visten así de modernidad a una actividad que no es otra cosa que la traslación del cuñao fontanero que hemos tenido toda la vida, pero aplicado al mundo hotelero.

El problema fundamental es que estos apartamentos turísticos están provocando la marcha de muchos vecinos de los centros de las poblaciones y en poco tiempo pueden convertir estos espacios en una especie de parques temáticos ajenos completamente a la realidad de una ciudad; precisamente lo que los viajeros vienen a ver, una ciudad.

El fenómeno empieza ahora a acercarse, atención, al mundo de los restaurantes. No es difícil encontrar en internet páginas, todas vestidas con sus güais títulos en inglés, que ofrecen una auténtica experiencia comiendo la comida de verdad de una ciudad en la casa de unos anfitriones. Te lo venden todo como el paraíso. Los que llevan la actividad en cuestión se llaman “anfitriones” que traducido resulta un tío o una tía que te pone de comer en su casa y que por ello pasa su tarifa correspondiente… en la mayoría de los casos nada baratas, por cierto.

Todo se vende con este mundirosa con que venden todas estas páginas de internet, manejadas por importantes grupos empresariales, que ofrecen experiencias únicas y fuera del “malvado” mundo de los restaurantes.

“Esto te lo hago yo mejor y por la mitad de precio”, se saca en conclusión dentro del más puro estilo cuñadista español… aunque el fenómeno es ya mundial, cuidadín.

No creo que esto sea bueno para el sector. No se puede dejar uno de los principales polos de atracción de España, y particularmente de Andalucía, en manos de estas personas que ni tienen controles sanitarios, ni laborales, ni fiscales. No se puede comparar lo de hacer de comer en casa, con dar de comer de forma profesional.

La administración debe tomar cartas en el asunto y controlar este fenómeno de estas “experiencias” que se ofrecen a través de páginas de internet.

El sector gastronómico es una de nuestras máximas atracciones para la gente que viene por aquí. No lo vayamos a estropear y se cree un problema como el que está ocurriendo con los apartamentos turísticos.

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