Comprar un coche hoy en día es un asunto complejo, ya que hay tantos factores con los que lidiar que uno puede volverse loco. Que si los precios, que si la cantidad de motorizaciones disponibles, que si el modelo elegido no llegaría antes de un año, que si… En fin, un enredo difícil de afrontar. Pero quizás la mayor dificultad es constatar que el "compromiso medioambiental y social" de las empresas automovilísticas es pura cosmética, y que, al comprador, a mí, me tocará mirarme al espejo y decidir cómo afronto una compra determinante en cualquier economía familiar con algún criterio ético. Está claro que la polución recorta la vida del planeta, y está claro que seguir polucionando no es ni inteligente ni necesario, ¿Entonces? ¿Qué hago?

La mayoría de las políticas post-pandemia europeas incentivan la construcción y el acceso al vehículo eléctrico, y riegan con miles de millones este mercado. Concluyo pues que la verdadera apuesta pública es porque prolonguemos el uso del coche particular como estrategia de movilidad, aunque la excusa esgrimida sea evitar una tragedia de cierres masivos de factorías y su consecuente pérdida de puestos de trabajo. Desde esa óptica lo de "movilidad sostenible" no es más que un eslogan vacío, ya que prima el modo menos ecológico de moverse por encima de todos los demás: bicimovilidad, transporte público, andar… ¿Entonces? ¿Qué hago? Sigo las instrucciones y miro un coche eléctrico o híbrido.

Primero miro el precio, y me echo a temblar, me pregunto indignado por qué el esfuerzo de los incentivos no se repercute en una baja de precios a los destinatarios finales.

Pero sigo rascando, y ahora detecto que la mayoría de los modelos nuevo están diseñados para salvar las limitaciones de movilidad para circular y entrar en las ciudades. El extremo de la desvergüenza son los motores "microhíbridos", que consisten en sumar una pequeña pila de apoyo al motor para arrancar y empujar algo el vehículo, saltándose así las limitaciones de acceso a zonas de bajas emisiones.

Además, leo que la mayoría de híbridos enchufables se conducen fundamentalmente con el motor de explosión, dejando el eléctrico residual, y descubro que comprar un eléctrico en una ciudad como Huelva es un privilegio ¿Entonces? ¿Qué hago?

Quiero vivir con aire limpio; no quiero colaborar con las políticas erróneas; quiero bicicletas y transporte público y más carriles bici ¿Entonces? ¿Qué hago?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios