Vivimos en un planeta finito, con recursos extraordinariamente generosos. Pero limitados. Hay mucha agua dulce. Pero hay la que hay. Mucho aire limpio. Pero ni un metro cúbico de reserva. Mucha tierra fértil, aunque ni una hectárea más de la que hay. Bosques, ríos, minerales, especies animales… Es sin duda un planeta alucinante, desbordante… un pequeño lujo en esta inmensa galaxia. Pero todos esos recursos son limitados, finitos. Igual hay algún negacionista que quiere discutir esto. El resto creo que podemos seguir adelante.Una de las noticias recurrentes en los últimos días son los recortes de agua. Vemos a los reporteros paseando por los municipios que tienen restricciones, recogiendo las impresiones de la gente, los trucos para solventar los cortes. Vemos como los ciudadanos acumulan agua en garrafas y bidones de todo tipo. Nos recuerdan lo vacíos que están los pantanos, lo poco que llueve. Resumiendo mucho: hemos agotado el agua que teníamos.Un alcalde, no recuerdo de donde, decía resignado que “hasta que no empiece el colegio y se dejen de llenar dos veces al día las piscinas de 1 y medio por uno y medio no vamos a reducir el consumo”. Saber por qué se agotó el agua no va a resolver esta sequía. Pero es imprescindible saberlo para evitar la siguiente. Que podría ser peor.Volviendo al principio: el agua dulce disponible es finita. Abundante, al menos por estas latitudes. Para vivir sin problemas, beber, ducharnos, regar, limpiar… Pero no hay agua para poner en regadío la provincia entera, ni para que cada casa tenga una piscina privada, ni para que la derrochemos por litros cada vez que nos duchamos o lavamos la vajilla, ni para que la industria la monopolice…Sumemos algo más: el agua dulce disponible no es sólo para el ser humano. Es para la vida. En general. Porque también he escuchado a alguno afirmar que estamos “tirando” millones de litros de agua dulce al mar a través de nuestros ríos. Como si el resto de seres vivos, los ecosistemas terrestres y acuáticos, no precisaran agua para subsistir. Por decirlo en una palabra: Doñana.Todo indica que vienen tiempos complicados a nivel climático. Y que el agua puede escasear a partir de ahora. Es decir: o retomamos viejos hábitos en el consumo del agua o lo vamos a pasar muy mal. Y eso no se improvisa, porque hay que romper esta dinámica de despilfarro que tenemos tan bien aprendida. O desaprendemos a despilfarrar o vamos a pasar mucha mucha sed.

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