Su idea inicial era preparar una obra sobre la religión de Shakespeare "en el sentido de las creencias del autor" y "la conciencia que proyecta en sus obras". Sin embargo, estaba inmerso en ese mundo tan barroco, metafísico y esotérico cuando, de repente, "todo se transformó en un espectáculo más dinámico, risueño y luminoso".

A Rafael Álvarez 'El Brujo' le asaltaron las mujeres de Shakespeare -Beatriz de Mucho ruido y pocas nueces, Catalina de La fierecilla domada y las Rosalindas de Trabajos de amor perdidos y Como gustéis-, esasprotagonistas de sus comedias que, junto a Julieta, barren y eclipsan a los roles masculinos.

Este particular universo femenino pisará las tablas del Castillo de Niebla esta noche y la de mañana, cuando El Brujo regresará al festival de teatro y danza onubense para presentar Mujeres de Shakespeare, un monólogo recién estrenado que se acompaña de la música original del violinista Javier Alejano.

En general, las mujeres de las comedias del autor inglés están muy por encima de los hombres, "ya no sólo en lo relativo a la capacidad intelectual, sino también en cuanto a capacidad emocional". "Si tuviéramos un diez por ciento de la capacidad emocional para comprender el mundo que tienen las mujeres a lo mejor nos iba mejor", señalaba ayer el Brujo. El visionario Shakespeare también fue un "genio" al darse cuenta de ello.

Pero, puestos a elegir, el actor explica que el monólogo que ha creado a partir de textos originales le pertenece a Rosalinda: "ella es la que lleva la voz de Shakespeare y es un personaje único, una mujer bellísima en intelecto y espíritu". Ni siquiera el bufón de Como gustéis tiene la presencia e importancia que tiene ella.

Por poner un par de ejemplos, el cordobés cuenta que, ella, como mujer, dice cosas maravillosas: "cuando su amante tosco y torpe asegura en nombre de mi mismo digo que si no me acepta moriré, la respuesta de Rosalinda es muérete, pero por apoderado. También dirá que los hombres se han muerto de vez en cuando y se los comen los gusanos pero no por amor", relata. Por eso es inevitable que la comedia gire en torno a su poderío, a ese patrón de mujer maravillosa, con "atributos de heroína y hada".

Por otra parte, los sonetos de Shakespeare hablan de la dama oscura; un mito, una Rosalinda a la que amaba y por la que sufría. Su misterio también está presente y se resuelve en el monólogo de El Brujo. Esta figura aparece, según asegura el actor, "como una mujer enigmática, de ojos negros y probablemente mulata". Es un personaje que representa para Shakespeare el amor y el dolor, hasta el punto de que "hay cierto sadomasoquismo en algunos sonetos".

"Algunos críticos dicen que la dama era un damo: un jovencito con unos abdominales de hacer esgrima maravillosos que le traían por el camino de la amargura. En este sentido, el autor sería bisexual. Pero otros dicen que la dama oscura era una mulata que vino como Pocahontas en un galeón a Londres y se lió con Shakespeare y también con el duque. De forma que el duque estaba liado con la dama Pocahontas, y los dos con Shakespeare y todos entre ellos", reflexiona.

Pero ni Shakespeare ni Rosalinda han echo que el también productor teatral pierda la cabeza. Así, reconoce que los casi 160 sonetos del inglés, aunque maravillosos, no llegan al nivel de los españoles, que son "mejores a pesar de estar menos promocionados por las instituciones y autoridades culturales de nuestro país". A su juicio, deberíamos aprender del modo en que los ingleses promocionan su teatro. "Los Reyes de España nunca han ido a los festivales de teatro clásico, ni siquiera al de Almagro, emblema de la cultura del Siglo de Oro español. Eso sería inconcebible en Inglaterra. Tendrían que venir los reyes y se venderían muchas más entradas. Vendrían los reyes y también Felipe y Letizia... Que venga, aunque sea, el conde Lequio, pero que nos manden a alguien. Si sólo siguen yendo a los conciertos de Estopa y al fútbol nada más...". Y todo esto, bajo su punto de vista, hay que decirlo porque "hay una sobrevaloración de la cultura". Y, entre risas, el Brujo lanza una última reflexión: "menos mal que ahora los del 15-M van a arreglar el mundo en una sentada, sin ningún problema".