Toros

Toros Huelva: ¡Que viva la Banda!

  • Una visual de quienes son la parte musical de una tarde de toros en La Merced

  • Charla con Enrique Acebes, director de la Banda de Música Madre de Consolación

Son las nueve de la noche. En el patio de La Merced hay una parra poblada de hoja verde de la que siempre presumió el veterano Pereda; robusta de tronco; uvas pequeñas, apenas imperceptibles entre el follaje de da sombra.

Son días previos a la feria; a la plaza se le aceleran los pulsos y en esta hora de la tarde, vencido ya el sol pero no el calor, los músicos escapan de ese horno de la habitación cerrada y reconquistan el espacio cercano al ruedo aunque sin llegar a él.

La plaza entera suena a música. A música de toros. ¡Es una delicia impensada que sorprende!Esas mismas notas que suben juguetonas por el tronco de la parra hasta llegar arriba. Como el humo de un habano volando al cielo de la tarde.

Todas juntas, allí, delatan el pasodoble. Aun en tratamiento; acoplándose, pero sonando cierto en esa belleza musical y anímica que tiene la música de los toros. Un par de vecinos se han apropiado de dos sillas vacías y andan echando entretenidos la tarde. Es un impagable regalo que esta plaza ofrece al barrio que la saluda todas las mañanas.

También para mí, que la escucho muy cerca mientras ando escribiendo a esas horas este reconocimiento a quienes hacen duradera en la memoria colectiva esta música de pasodoble en la feria.Apenas distingo una pieza de otra. Bueno, las de siempre, sí. Pero no todos esos acordes tienen nombre en mi memoria.

Y gustan. Dicen que suenan a Roca Rey, a Miranda, Aguado.

Aquella tarde que llegaba José Tomás con aureola de cosa especial fue difícil tocar por la falta de sitio”

“Toda feria es un reto porque buscamos que cada torero tenga su sitio en la música de la tarde. En estos meses previos a la feria insistimos más en esos pasodobles que habitualmente no se tocan. Elegimos temática según los toreros que vienen a la feria. También para el rejoneo. El toreo a caballo tiene pasodobles que le pegan más que otros. Es una lidia más dinámica sobre el ruedo y la música debe adaptarse a esa acción”, explica el director.

Enrique Acebes, el maestro, al frente de todo esto cierra los últimos consejos a los componentes de la banda. Faltan apenas nueve días para que arranque la primera de feria y quedan aun bastantes cosas que acoplar.Él lleva en esta plaza desde su reinauguración. Ya en la época de Vicente Ballester como director andaba tocando el clarinete. Dieciséis años hace ya de su primer paseíllo como responsable. Dieciséis harán esta feria en esa zona alta de la plaza. La más de las veces, casi los únicos habitantes de esa esquina izquierda del tendido alto. Siempre me los ponen escorados. Como si alguien sólo los considerase un añadido; como parte de esa decoración que ofrece el ruedo para algún acto. Son modestos, no hacen ruido (solo el imprescindible para brillar) y se tapan cuando el protagonismo es de otro.Son la Banda de Música Madre de Consolación.

Sublima esa capacidad del músico por leer entre los garabatos de un pentagrama y contarlo hecho música. Es fascinante y algo a pensar sobre quienes son esos vecinos del ático que pegaditos a un ala del tendido alto subrayan lo intenso de una faena.

-Primavera, invierno...días alternos ensayos...es un no parar, maestro.

Es que también estamos en las procesiones de Semana Santa y otros sitios donde contratan a la banda. Dianas, Cruces de mayo, fiestas… lo creas o no también ahí nos sirve para poner a punto pasodobles que después tocamos en Colombinas. No hay un tiempo especial dedicado, prácticamente es todo el año.

Toda feria es un reto porque buscamos que cada torero tenga su sitio en la música de la tarde”

Habla de temas específicos para una tarde de rejones. ¿Cuales son esos clásicos?

-Pues hombre, El Gato Montés, España Cañí...Marcial eres el más Grande también le pega mucho. Pablo Hermoso es uno de los que tiene pasodoble propio...pero no viene este año. Este año hemos preparado un pasodoble francés para tocárselo a Lea. Se llama Toros en Arles.

-Hay más franceses en la feria. Castella es el otro.

-Pues que suene para los dos.

-El rejoneo os mata a vosotros; a los músicos…. Eso de parar y arrancar se supone suplicio para la banda.

Mata, mata, sí. (sonríe el maestro) pero tampoco es para adornar con música los tiempos muertos de cambio de caballo. Empezamos lógicamente en banderillas y aunque se arranque cuatro o cinco veces la música siempre lo hacemos con el mismo pasodoble.

-Otro pasodoble; éste novedoso...Puerta de La Estrella, que se estrena el día que los carteles ven la luz.

Todo un matiz sentimental para esta plaza. Lo escribe Celestino González, un chaval de Cartaya que no está en nuestra banda sino colaborando con otra que a su vez tiene relación con la Hermandad del Prendimiento que es a quien Celestino escribe y a su vez regala las partituras del pasodoble. Es la Hermandad quien nos trae esas partituras y nosotros montamos esa pieza que se estrenó oficialmente hace pocas fechas aquí en la plaza de toros. Es un pasodoble muy bonito, muy bien trabajado y cuidadosamente realizado. Particularmente lo veo más como un pasodoble de concierto pero suena bien lo pongas donde lo pongas.

De Cantores, a Mi Huelva; De la Bahía, a la Ría

Quiero cruzar la bahíaCuando ya los pescadoresCuando ya los pescadoresCansados de sus laboresRegresan a Punta UmbríaAy, mi Huelva, quiero cruzar la bahía

Recuerdan?… La banda ponía las notas y el colectivo del tendido la cantaba; al menos en su cabeza. Cantores de Híspalis la habían creado casi a finales de los noventa y aquello se convirtió en himno protocolario de La Merced después del tercer toro.

-En 2008, Oscar Polo, uno de los empresarios entonces me pide que se toque Mi Huelva tiene un ría cuando se termine el tercer toro. Fue una innovación porque yo recuerdo que anteriormente se tocaba una pieza musical que era esa sevillana de ‘Por la Bahía’.

-¿El peor momento de todo este tiempo?

-Más que peor, el más difícil. Gracias a Dios no hemos tenido momentos amargos ni duros pero complicados sí. Fue esa primera vez de José Tomás llegó con esa aureola de cosa especial. Aquella tarde, con todo el papel vendido la banda se redujo a la mitad y yo dirigiendo desde el pasillo. Éramos veinticuatro músicos en asientos muy estrechitos. Todo el mundo no tiene un clarinete ni una flautita; hay gente que toca una tuba, un trombón de vara o un bombardino. Aquello no fue fácil, pero se hizo y además en lo torero la tarde tuvo la cualidad de enseñar otras muchas cosas buenas. Hombre yo ando todavía embelesado viendo como José Tomás llevaba un toro al caballo como si fuera un perrillo.

-¡Que pare la música!

Hay veces que te quedas un poco fuera de juego cuando te pide el matador que pares el pasodoble. Nos ha ocurrido a veces eso. Tampoco estamos en eso del tocar por tocar. Ni en el de afligirnos por esas voces que saltan pidiendo música nada más empezar. Todo debe estar en consonancia. Nuestra misión es subrayar algo bonito, pero no somos los protagonistas del festejo.

-Cuarenta vocaciones musicales de distintas edades pero puestas de acuerdo para hacer sonar la música en esas tardes de toros en La Merced.

-Somos una banda con mucha juventud. Prácticamente se puede decir que sí, aunque tengo dos mayores que pasan de los setenta años pero hay chiquillos ahí con trece años.

-Imagino que algo se le mete a uno por el cuerpo cuando llega esa primera tarde de la feria y se viene uno con la banda camino de la plaza…

Hombre , imagina. Ya desde que me estoy vistiendo en casa empieza la cosa. Cuando voy camino de recoger a los músicos ahí donde empezamos el paseo hasta la plaza te digo que voy nerviosito, nerviosito. Que salga todo bien. Clro que hay tensión y nervios. Yo no era aficionado hasta que me tocó asumir la batuta. Ahí hay que ponerse un poco más las pilas, asesorarte, ir aprendiendo. El pasacalles desde La Merced también me gusta. Da gusto ver a la banda llegar a la plaza, esa Puerta Grande llena de público….mira, quizás ahí empezamos a relajarnos un poquito.

-Ayamonte, Nerva, Encinasola...vaya riqueza musical que tiene la provincia en torno a sus pueblos.

-Es increíble, sí. Prácticamente cada pueblo tiene su pieza musical. Fíjate, es anecdótico como llega Campofrío a ser parte de ese repertorio que hablamos. Es un pasodoble que casualmente llegó a nuestras manos a través de Domingo Prieto cuando era presidente de la plaza. Nos trae las partituras, lo vemos y decidimos que es un pasodoble precioso y desde entonces cada año se toca en la feria.Mira, hay una oportunidad muy bonita para tocar todos esos pasodobles y pienso que es el día de la novillada donde torean seis chavales de la provincia.

-¿Al que nunca renunciarías?

Al Litri del paseíllo. Es la seña de identidad de esta plaza y ahí está.

Repiten y repiten. No se cansan. Uno tras otro fueron llegando al encuentro y así también se van yendo cuando al cielo de La Merced solo le queda noche. Me gusta pensar en ellos como parte importante de una feria. Como gente a respetar por todos los que vamos a los toros. Y enseñarlos un poco más si cabe. En ese empeño estamos y en ese empeño Huelva Información les va a llevar desde sus páginas diarias de la feria qué pasodoble está sonando en cada toro. Como diría el lobo de Caperucita,.. ¡para entenderlos mejor!¡Que viva la Banda!

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios