"Mi padre siempre acostumbró a guardar en el cajón de su mesa de cortar todas las cosas que estimaba y yo vengo a imitarle con mi mejor capacidad". Estas palabras forman parte del prólogo que el propio Ramón Llanes escribe de su último libro, El cajón del sastre, que hoy presenta en la sede de la editorial Onuba, en la calle Galaroza de la capital (20:30), y que la próxima semana, el lunes y el martes, respectivamente, hará de nuevo en la librería La Dama Culta y en la Biblioteca de la Diputación, ambos a las 20:00.

El escritor tharsileño, poeta y pensador, subtitula esta nueva obra suya Líricas, rebeldías y pensamientos, ya que en la misma recoge "mis afectos, mis notas, mis pensamientos y todo lo que fui capaz de acercarle a este sentimental cajón". "Ignoro si la paradoja o los minúsculos mensajes -añade en su particular introducción- han de ser motivos para mejorar el mundo pero ahí queda, por si acaso".

Esa referencia al cajón del sastre que hace su título es íntima, directamente relacionado con su universo familiar y uno de sus más excepcionales protagonistas: "Mi padre fue sastre, un buen sastre, me dejó muchas huellas y herencias en el carácter, tan suficientemente definitivas como para tenerlas en el más amoroso respeto", confiesa.

Ahora el poeta Ramón Llanes (Tharsis, 1949) comparte algo más allá de su mundo y expone al lector, al margen de sus preciados versos, reflexiones como puro ejercicio de "esta tarea de vivir, aunque en nada o en todo estemos de acuerdo".