Toros

Miranda no firma con la espada una seria y firme faena a su duro primero en Azpeitia

  • Ovación y silencio ante el soso segundo de su lote.

  • Serio percance del subalterno Cándido Ruiz en el primer acto de la tarde.

  • Dos orejas para Colombo y Téllez se va de vacío

La demora de un espadazo cobrado a ley pero trasero dio al traste con lo que hubiese sido una más que meritoria oreja para David de Miranda ante el serio Murteira que abrió plaza ayer en Azpeitia.Nada fácil este primer toro y las dificultades que llevó tras ese puyazo de Rafael Carbonell se tradujeron en una severa cogida al banderillero Cándido Ruiz en el primer par. El avieso toro de Murteira Grave cogió de feísima maneras al subalterno zarandeándole y metiéndole el pitón hasta en dos ocasiones, una por la ingle y otra por la parte baja del abdomen, una herida que, según los médicos, le llegaba hasta la axila.El ‘tabacazo’ era de los gordos. Desde la enfermería se hablaban de 25 y 50 centímetros de trayectoria de ambas heridas, que, milagrosamente, no afectaban aparentemente a ningún órgano importante. Tras ser intervenido por los galenos del coso azpeitiarra fue derivado al hospital de San Sebastián.Miranda estuvo serio y muy entregado con ese toro que pedía firmeza y quedarse en el sitio. Y en el sitio encontró siempre el toro a Miranda en una faena llena de mucho oficio y con series que encontraron eco en el tendido. David lo vio por el izquierdo pero sin duda por donde llegaron las series de más transmisión con la faena yéndose arriba fueron con la diestra.Entrega, acierto y un conjunto que indicaba premio. David de fue a por el tras la espada y logró enterrar todo el largo del acero. La pega, esa condición de colocación trasera que exigió del descabello y ahí las cosas no estuvieron prestas para finiquitar rápido. El saludo, seguramente se quedó pequeño para los méritos toreros ante un toro exigente y áspero.El segundo del triguereño fue un toro más venido a menos con el que Miranda no terminó de consolidar faena. Esa sosería de embestida no iba desde luego a determinar el entusiasmo del tendido a pesar de esa cercanía que tuvieron las manoletinas finales.Colombo anduvo fiel a su estilo con un toro, el segundo, que se dejó crudo en varas para brillar en un emocionante tercio de banderillas y llevar a cabo una vibrante faena de muleta en la que no hubo exquisiteces pero sí comunicación con la gente. Eficaz con la estocada, paseó una oreja.Redondeó su triunfo el venezolano con otra oreja del quinto, un buen toro aunque acabara echando la persiana también pronto. Variado de capote, Colombo volvió a poner los palos con su habitual espectáculo.Muleta en mano aprovechó las inercias del “murteira” para, primero de rodillas, ligar series sobre ambas manos que fueron muy bien acogidas por el respetable. Con el toro ya desfondado recurrió al arrimón para cerrar una labor abrochada de un contundente espadazo.Téllez llevó a cabo una meritoria faena ante el tercero, un toro noble y sin clase con el que anduvo firme el toledano, que tardó en verlo claro antes de acabar pegando varios naturales de buena firma. Lástima su mala espada.Y la mala colocación de la tizona fue clave también para que no tocara pelo del manejable al sexto, al que Téllez firmó la faena de más entidad de la tarde por lo despacio que quiso hacerlo todo, el inmaculado trazo de los muletazos -los de pecho y los naturales de frente del final fueron sensacionales- y la pureza y la sinceridad que imprimió a toda su puesta en escena.

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