Para muchos turistas, cuando el calendario cambia de año, con sus fiestas y con el frío invernal, sus preferencias se remarcan, entre otras localizaciones, en un escenario diferente, tranquilo y pintado de naturaleza. La provincia de Huelva es un gran punto de referencia para este tipo de visitantes gracias al turismo rural. Sin embargo, el inicio de 2021, marcada todavía por la pandemia, ha sido muy diferente en los número registrados por este segmento turístico. La apertura de la movilidad en gran parte del mes de enero no terminó de ser un aliciente para muchos clientes, que finalmente decidieron quedarse en sus hogares. Tanto es así, que los viajeros que llegaron a alojamientos de turismo rural de la provincia de Huelva descendieron un 85% en comparación con el pasado año.

Cierto es que la amplia mayoría de estos visitantes proceden de otro punto del país. Aun así este año tan solo 317 personas llegaron hasta un establecimiento onubense de estas característica en comparación con las 2.091 que lo hicieron en el inicio del año del pasado ejercicio, según los datos que arroja el Instituto Nacional de Estadística.

Las previsiones no eran buenas antes del nuevo curso, algo que se vio reflejado en el descenso de establecimientos abierto de turismo rural. El mes de enero de 2021 contó con 93 alojamientos mientras que en 2020 se contabilizaron 124. De esta manera el número de plazas disponibles cayó de las 974 a las 758. Donde se reflejó el verdadero desplome fue en la ocupación que hubo en esas plazas durante el inicio del año, que cayó hasta el 3,96%, casi 11 puntos menos que en 2020. Lo único que creció fue la estancia media, la mejor de los últimos años, con 2,86 días.

La mayor parte de los viajeros durante el mes de enero en los establecimientos extrahoteleros de la provincia se concentró en los cinco campings abiertos. Hasta allí llegaron un total de 2.325 viajeros –de los cuales 1808 eran españoles y 517 extranjeros–. Eso sí, la cifra total de turistas representó alrededor de un tercio de lo que se contabilizó el pasado ejercicio. Aun así, la ocupación por parcelas creció –apenas un punto– y se situó en un 27,33%. Sí que es cierto que las pernoctaciones sufrieron un desplome del 64,8%. La estancia media creció levemente pasando de los 2,74 días a los 2,80 días.

Las peores noticias se registraron en el segmento de los apartamentos turísticos. Hasta este tipo de establecimientos sólo llegaron 146 viajeros –todos ellos de procedencia española– durante todo el mes de enero, por lo que la caída con respecto a 2020 es del 91,5%. Lejos quedan los 1.605 visitantes nacionales del pasado curso en enero. Lo que llama la atención es el crecimiento en la estancia media de estos establecimientos turísticos. Así, en el inicio del curso, según los datos que refleja el Instituto Nacional de Estadística, la estancia media se situó en 5,69 días, creciendo más de dos puntos con lo registrado el año pasado. Es más, la estancia media de este año es la más alta en la provincia desde el año 2010 (7,67 días). También es la que lidera el ranking andaluz. Un motivo probable es que muchos de los viajeros registrados no fueran realmente turistas sino que fueran trabajadores llegados de otro punto del país para hacer sus labores en la provincia. El número de plazas disponibles también sufrió un desplome pasando de las 1.569 a las 235. Sólo hubo 64 apartamentos turísticos abiertos en comparación de los 446 en enero de 2020.