La demanda de la vivienda de nueva construcción tiende de forma clara hacia los edificios unifamiliares. Atendiendo a los datos del tercer trimestre del año pasado (último del que se disponen en el Ministerio de Vivienda) se comprueba que las ventas de este tipo de hogares se han duplicado en la provincia, mientras que el total de inmuebles de nueva construcción sólo se incrementó un 25 por ciento respecto al mismo período del año anterior.

Así, mientras que entre los meses de julio a septiembre del año pasado se registraron 444 transacciones inmobiliarias viviendas unifamiliares, un año antes esta cifra suponía menos de la mitad (213) de forma que si en 2006 el porcentaje de edificios con una única vivienda vendidos suponía el 22,7 por ciento del total, un año después el porcentaje se incrementa hasta alcanzar el 31 por ciento. Mientras las unifamiliares van cobrando fuerza, el resto de viviendas sólo sube un 6 por ciento, lo que pone de manifiesto el comportamiento de la demanda.

Un comportamiento que se constata también si se analizan las ventas de segunda mano en función de la tipología de los inmuebles: en un año las transacciones inmobiliarias de unifamiliares subieron un 11 por ciento, mientras que las de aquéllas que se refieren a inmuebles que se ubican en edificios con más de una vivienda bajan un 28 por ciento.

A pesar de que en los nueve primeros meses del año pasado se registró una ligera subida en las ventas inmobiliarias, si únicamente se atiende a los datos del tercer trimestre referidos a la vivienda usada se comprueba cómo los efectos del encarecimiento dejan mella en las ventas (-17 por ciento). Y curiosamente ese descenso llega de la mano de la vivienda tradicional: de las 973 que se registraron en 2006, se pasó a contabilizar 700.