Hospital Juan Ramón Jiménez

El doloroso duelo tras perder un bebé: "Abrazar y hablar a Daniela fue doloroso, pero bonito porque pude despedirme"

  • El hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y la asociación Matrioskas tienden su mano a las madres onubenses a llevar de la manera más saludable una pérdida muy dolorosa

Rocío Pérez, una mamá en duelo, en el Rincón del Recuerdo deposita el nombre de su hija Daniela.

Rocío Pérez, una mamá en duelo, en el Rincón del Recuerdo deposita el nombre de su hija Daniela. / M. G.

La pérdida de un bebé antes de su nacimiento, durante el parto o en los primeros días de vida desencadena una profunda tristeza emocional en los padres, un sentimiento que trae consigo un duelo no exento de dolor. Son corazones que ya no laten, pero que han existido. Es por ello que sus progenitores deben iniciar una transición por el duelo de modo saludable, evitando que pueda convertirse en patológico, de ahí la importancia de que la familia no afronte esta situación en soledad, sino acompañada y con las pautas necesarias para un mejor proceso de adaptación. Esa es la máxima de los servicios de Ginecología y Obstetricia y de Pediatría (Neonatos) del hospital Juan Ramón Jiménez, que se implican y trabajan en equipo para brindar asistencia humanizada y de calidad, así como para aportar mimo y cariño en unos momentos tan complicados. 

El 28 de abril de 2021 nació Daniela en Huelva, aunque lo hizo sin respiración. Fue reanimada y trasladada a una incubadora en el hospital Juan Ramón Jiménez, pero falleció ocho días después. "Ese momento en el que esperas la muerte de tu bebé, es como si no estuvieses en la vida real", recuerda su madre, Rocío Pérez, quien percibió un enorme cariño de los sanitarios del centro hospitalario para afrontar este momento. 

Rocío Pérez conversa con Mª Carmen Rico, enfermera supervisora de Ginecología y Obstetricia. Rocío Pérez conversa con Mª Carmen Rico, enfermera supervisora de Ginecología y Obstetricia.

Rocío Pérez conversa con Mª Carmen Rico, enfermera supervisora de Ginecología y Obstetricia. / M. G.

Cuando los padres escuchan el "no hay latidos" inician un duelo muy doloroso que exige la implicación de los profesionales en aras de poder superarlo de forma saludable. Este duelo, que "no depende del peso ni de la edad gestacional, sino del dolor que ocupa en el corazón", se afronta en unas habitaciones específicas de Ginecología, alejadas de las de Maternidad y con vistas a la luz exterior, "que ayuda mucho en este proceso", explica a este diario la enfermera supervisora de Ginecología y Obstetricia, Mª Carmen Rico. Allí entran las madres junto al familiar que quieran y deciden si el parto se realiza en la propia habitación, en la que no hay más mamás, o en un box en Paritorio. 

Lo más importante para afrontar el duelo es "ofrecerles al bebé -al que les pedimos que les pongan nombres pese a que fallezcan- para acariciarlos, abrazarlos y, en definitiva, para que se despidan de él", sostiene Rico. Una experiencia que "reconforta mucho a los padres, según nos dicen, porque es una manera de almacenar momentos con el bebé, que es su proyecto de vida". 

Encuentro entre profesionales del Juan Ramón Jiménez y padres que han sufrido pérdidas perinatales. Encuentro entre profesionales del Juan Ramón Jiménez y padres que han sufrido pérdidas perinatales.

Encuentro entre profesionales del Juan Ramón Jiménez y padres que han sufrido pérdidas perinatales. / M. G.

"Pude empezar mi duelo de forma saludable gracias a que me animaron a coger a Daniela, a abrazarla y a hablarle", recuerda Rocío Pérez, quien subraya que "fue duro, pero bonito, aunque parezca una contradicción, porque pudimos despedirnos pese al dolor". Igualmente, sus padres pudieron elaborar una caja de recuerdos, una iniciativa que los profesionales siempre promueven, pues es "una bonita forma de reunir las huellas, un mechón de pelo, la pulsera identificativa o la camiseta o el gorro que le ponemos al bebé para mostrarlo a los padres. Son recuerdos tangibles", expresa la enfermera supervisora. 

Del mismo modo, en la planta de Ginecología del Juan Ramón Jiménez se aloja el Rincón del Recuerdo, un pequeño espacio en el que las madres que han sufrido estas pérdidas escriben sus sentimientos para comunicarse con otras mamás que los vean

El 'Rincón del Recuerdo', en el hospital Juan Ramón Jiménez. El 'Rincón del Recuerdo', en el hospital Juan Ramón Jiménez.

El 'Rincón del Recuerdo', en el hospital Juan Ramón Jiménez. / M. G.

"Son varios los aspectos que cuidamos", expone Mª Carmen Rico, véase la necesidad de poner un nombre al bebé "para que tengan una identidad y poder llamarlos por su nombre, les quitamos esa sensación de culpa a las madres porque se sienten las causantes de que haya ido mal el proceso de nacimiento y les animamos a tener todo tipo de recuerdos, así como les recordamos el derecho que tienen de enterrar o incinerar a sus hijos tras la autopsia". 

Todo ello le sirvió a Rocío Pérez para llevar mejor la situación de su hija Rocío, que nació prematura a las 25 semanas. "130 días fueron los que estuvo ingresada mi hija y, si no me hubieran acompañado como lo hicieron con Daniela, lo habría pasado mal por la incertidumbre que tenía", señala su madre. Tal es el buen recuerdo que  guarda esta madre de su hija Daniela que "siempre les digo a mis hijos que cuando hablen de su hermana, lo hagan con una sonrisa, aunque a veces no podamos evitar que se nos caiga una lágrima". 

También fue madre en duelo Rocío Periáñez, enfermera del hospital Juan Ramón Jiménez y vocal en Huelva de la asociación Matrioskas, aquella que tiende su mano a estas mamás en situaciones de muertes perinatales de sus bebés. 

Rocío Periáñez, vocal en Huelva de Matrioskas. Rocío Periáñez, vocal en Huelva de Matrioskas.

Rocío Periáñez, vocal en Huelva de Matrioskas. / M. G.

Que Rocío Periáñez sea la vocal en Huelva de esta asociación no es causalidad. Le impulsó a ello su hijo Antonio, quien falleció a los 34 días de nacer. Gracias a los consejos y recomendaciones de los profesionales sanitarios esta mamá explica que "le hablaba a mi hijo, le cantaba, le contaba cuentos...el viaje más bonito de mi vida fue acompañarle en su proceso de muerte" y "puedo decir que el tocarle, acariciarle e, incluso, hablarle es clave para un duelo sano". 

La empatía con la que esta madre se dirige a otras familias que pasan ahora por su misma situación es su mejor baza. "Sé lo que se siente y tengo las herramientas para ayudar a otras mamás", resume. Y no solo eso, pues cuenta con la motivación que le da "hacer algo así en nombre de mi hijo". 

El nombre de Matrioskas llega a los padres que pierden su bebé en el momento de la muerte del niño, ya sea en el parto, en Ginecología o en Neonatos. Son los profesionales del centro hospitalario quienes les hablan de toda la ayuda que tienen a su alcance de la mano de esta asociación. "Concreto un día con la familia y hablamos tranquilamente. Es una escucha activa y hago un seguimiento", explica Rocío Periáñez, quien además expone la existencia de grupos de ayuda mutua, "con historias de otros padres".

Profesionales de Ginecología y Obstetricia en el hospital Juan Ramón Jiménez. Profesionales de Ginecología y Obstetricia en el hospital Juan Ramón Jiménez.

Profesionales de Ginecología y Obstetricia en el hospital Juan Ramón Jiménez. / M. G.

Del mismo modo, esta asociación da un paso más y contempla un amplio programa de actividades, como talleres que permiten elaborar cajas de recuerdos, otros para escribir frases para compartir con otras mamás, también algunos de suelo pélvico o de nuevos embarazos "porque es muy difícil volver al proceso de embarazo tras una pérdida...". En definitiva, añade, "dar visibilidad a la sociedad y a los profesionales para que no dejen solas a las familias en momentos tan dolorosos para ellas". 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios