Los docentes consideran que la introducción en las aulas de la gamificación -uso del juego y sus elementos-, incrementa la motivación del alumnado y contribuye a cumplir con los objetivos académicos planteados.

Esta es una de las principales conclusiones de la investigación Actitudes del profesorado hacia la gamificación, desarrollada por María Victoria Cáceres y Diego Mora de la Universidad de Huelva.

El estudio, publicado en la revista Análisis y modificación de conducta, parte de la base de que la educación se tiene que ir adaptando a los cambios que la sociedad y la cultura están experimentando en los últimos años, siendo una de las necesidades en las aulas que siempre ha perseguido la labor docente la lucha por el fracaso y abandono escolar, debido, en gran parte, a la falta de motivación por parte del alumnado.

Ante esta realidad plantean la gamificación como una herramienta que podría ser válida para alcanzar dicha motivación y llevaron a cabo un estudio descriptivo cualitativo, en el que se recogió la información mediante una entrevista abierta administrada de manera online a docentes onubenses.

En líneas generales, todos los participantes llegaron a la conclusión que se trata de una metodología altamente motivante para los alumnos, por lo que además, prestan una mayor atención; y en lo que respecta a los resultados que obtuvieron con las aplicaciones en el aula todos aludieron al buen clima de aula que genera, la motivación, compromiso, disposición y participación que muestran los discentes a la hora de realizar el juego.

Asimismo, se hace alusión al incremento de la autoestima, pues hace que se sientan protagonistas de su enseñanza, tomando el poder de la clase y, la mayoría de los docentes, aseguraron que la mayor parte de los alumnos cumplieron sus objetivos.

El estudio también ha identificado algunas dificultades para la incorporación de esa gamificación a las aulas como la falta de formación de los docentes; la falta de recursos por parte del centro; el elevado coste; la falta de personal de apoyo y la apatía y las pocas ganas de innovar que poseen algunos maestros.

A la luz de estos resultados los investigadores llegan a la conclusión de que son cada vez más docentes los que introducen la metodología a sus aulas, animados por la motivación y las ganas por aprender que muestran los alumnos y alumnas.

No obstante, y tratando de entender a los detractores de la incorporación de las nuevas metodologías a las aulas, podría ser que la falta de formación de los docentes para el uso de una técnica concreta hace que estos no sepan cómo incorporarla de manera correcta, creándoles desconfianza e inseguridad; ello sumado a la sumado a la falta de cursos formativos para que los docentes puedan aprender cómo llevar a cabo eficazmente técnicas concretas, hace que muchos desistan y sigan una enseñanza más tradicional.

Entienden que sería interesante formar a los futuros educadores viviendo y experimentando cómo implementar en las aulas las distintas técnicas y la actualización de los ya docentes en términos de formación.