Apertura del curso en la primera etapa de Educación Infantil en Huelva

Vuelta al ritmo de 'La foca Marisol'

  • Las escuelas infantiles rompen el hielo de un curso excepcional

  • Los centros se adaptan a nuevas medidas de organización y prevención por el coronavirus

La educadora Mayte con uno de los alumnos de la escuela infantil Patitos II.

La educadora Mayte con uno de los alumnos de la escuela infantil Patitos II. / Rafa del Barrio (Cartaya)

Al ritmo de la canción La foca Marisol, los niños cantan “vamos a lavar las manos, chuchuá chuchuá” en su primer día de curso en la escuela infantil. Es 1 de septiembre y los más pequeños, de la primera etapa de Educación Infantil de 0 a 3 años, rompen el hielo de la vuelta al cole, muy nueva y nada normal. La escuela infantil Patitos II de Nuevo Portil reabre sus puertas tras el confinamiento y retoma su actividad presencial. 

En el primer día son tres los niños que atienden las educadoras Inés y Mayte, aunque en total son hasta ahora trece los matriculados que se irán incorporando progresivamente en los próximos días. Para los tres es su segundo año en el centro educativo. La madre de uno de ellos, Aroa, acaba de dejar su pequeño de 21 meses y como ya conoce bien al personal y las instalaciones está “tranquila, igual que vamos a un bar o a otro sitio, aquí va a estar bien”.

La disminución en las matriculaciones es una tónica generalizada pero la confianza de los padres en estos centros, también. “La entrada ha sido estupenda, pensaba que iba a haber más problemas”, cuenta Inés. Cuando han visto a su educadora con mascarilla han puesto “una cara extraña”, explica Inés, en cuanto se la ha quitado (están en la burbuja) “y les he dado un cariñito” todo ha ido como la seda.

La educadora Inés sostiene a un pequeño en el patio de la escuela infantil. La educadora Inés sostiene a un pequeño en el patio de la escuela infantil.

La educadora Inés sostiene a un pequeño en el patio de la escuela infantil. / Rafa del Barrio (Cartaya)

Y es que Inés, Mayte y Blas, el director del centro, han mantenido el contacto con los niños durante la cuarentena. A través de Youtube publicaban cada día vídeos de ellos, los padres también grababan a los niños y así hicieron uno uniendo las imágenes. Tampoco faltaron las videollamadas, con las que se quedaban “como alucinados”, cuenta Mayte.

“Somos una pequeña familia”, y con el sentido de la responsabilidad que eso implica confiesa que “no he ido ni a un bar porque toco a muchos niños a lo largo del día y tenía que tener cuidado”. Como madre de tres niños en distintas etapas educativas, asegura estar igualmente tranquila y que las noticias relacionadas con la pandemia “no me provocan ansiedad”. Como educadora, “estoy dentro de este mundo y conozco las decisiones que se toman”.

Patitos II plantea un único grupo de convivencia, es un centro burbuja

Todo está preparado para los niños, que han encontrado un espacio limpio y desinfectado, con todo un dispositivo en la entrada de limpieza y secado para las suelas de los zapatos, carritos propios también higienizados porque no se pueden introducir del exterior y una mesa con ruedas para la comida que les trae un catering externo cuyo personal tampoco puede entrar a las instalaciones.

Las educadoras al entrar se han cambiado de calzado y como novedad, hay una máquina purificadora de aire sin ozono. Además, las dos aulas del centro tienen acceso al patio, de modo que la ventilación, otro de los factores a tener en cuenta en las circunstancias actuales, está garantizada.

Uno de los niños juega en el patio de su escuela infantil. Uno de los niños juega en el patio de su escuela infantil.

Uno de los niños juega en el patio de su escuela infantil. / Rafa del Barrio (Cartaya)

Tras la jornada escolar, la primera más corta para una adaptación progresiva, se repetirá la limpieza con especial atención a pomos, interruptores y todas aquellas superficies que los niños tocan con más frecuencia. En adelante, se retomará el horario normal de 7:30 a 17:00.

La escuela se ha organizado en torno a un único grupo escolar de convivencia o burbuja. Al no ser un número elevado de niños y con la circunstancia añadida de que dos de ellos son hermanos, se ha considerado la opción más conveniente. De esa manera se eliminan dificultades como el cruce entre alumnos de grupos distintos en el interior de las instalaciones o en el patio y también así se facilita la celebración de la asamblea, una actividad diaria para la convivencia entre los pequeños. En definitiva, “es una ventaja ser un centro burbuja”, asegura Mayte.

“Estamos suficientemente preparados”, cuenta Inés, para una educación presencial “necesaria, por no decir imprescindible”. Ella y su compañera están ataviadas con delantales, que ya utilizaban en cursos anteriores y cuyo uso se recomienda en las instrucciones para la organización del curso relativas a la Educación Infantil.

Antes de abrir hoy sus puertas, desde Patitos II se ha contactado con los padres porque este año había mucho de lo que hablar. “Con vosotros estarán bien, nos decían”, al explicarles todo el dispositivo preparado para el arranque escolar.

El personal de la guardería mantuvo el contacto con los niños durante la cuarentena

Así, han organizado entradas y salidas escalonadas para no coincidir y cumplir con la distancia de seguridad, se les ha indicado que deben tomar la temperatura al niño antes de llevarlo al centro, que no se pueden introducir carritos de fuera y se ha informado a las familias de que es preferible que lleve siempre al pequeño la misma persona, “si es posible que no sea de riesgo”. “Y eso es lo que más vamos a echar de menos”, confiesa Inés en referencia a los abuelos y prevé que “lo que más vamos a notar es que ya no podemos funcionar como escuela de puertas abiertas”.

Antes los familiares entraban “y si iban bien de tiempo jugaban con nosotros”, algunos de ellos participaban en cuentacuentos e incluso se organizaban talleres relativos a la profesión de cada uno. En anteriores cursos, incluso llevaron a los niños para participar en alguna actividad relacionada con el Festival de Cine Iberoamericano. Ahora “estamos dándole vueltas a Halloween, navidades, pero en este momento programar algo para finales de octubre...”.

Señales y advertencias en el interior de las instalaciones de la guardería. Señales y advertencias en el interior de las instalaciones de la guardería.

Señales y advertencias en el interior de las instalaciones de la guardería. / Rafa del Barrio (Cartaya)

Los puntos suspensivos últimamente siempre conducen al mismo punto, al coronavirus, y hay que saber lo que hacer si se produce un caso sospechoso. En Patitos II cuentan con el preceptivo espacio para el aislamiento, convenientemente ventilado. “La teoría la tenemos muy bien”, es decir, si se detectan en algún pequeño síntomas compatibles con Covid-19, una vez aislado deben avisar a un familiar, para que acuda a recogerlo al centro, y también al centro de salud.

Si hay una sospecha, hay que informar a la familia y al centro de salud de referencia

Como todos los centros educativos, han elaborado su protocolo en el que se recoge la figura del coordinador Covid, en este caso el director. En las primeras horas de la mañana de ayer aún no habían recibido información sobre la persona de enlace del centro de salud de referencia, aunque como medida de precaución, previamente ya habían gestionado un contacto sanitario por lo que pudiera ocurrir.

Los niños se lavan las manos, alguno a regañadientes, y también han probado a tomarles la temperatura para ver cómo reaccionan. Ellos no conocen más realidad que jugar sin saber que no es un día cualquiera, una vuelta al colegio cualquiera y así han roto el hielo. La vuelta al cole ha llegado.

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