Universidad

El interés científico se unió al político

  • El astrofísico de la Universidad de Huelva, José María Madiedo, defiende la importancia de todo lo que aportó el viaje del Apolo XI al mundo de la ciencia

Mítica imagen de la expedición del Apolo XI sobre la Luna.

Mítica imagen de la expedición del Apolo XI sobre la Luna. / H.I: (Huelva)

La vemos la mayor parte de los días de la semana y desde hace 50 años, sabemos que hay seres humanos que han pisado su superficie. El profesor e investigador de la Universidad de Huelva (UHU), José María Madiedo, es de las personas que más saben del satélite y cuenta con un prestigio que rebasa las fronteras del país.Su trabajo se detiene principalmente, desde hace ya unos años, en el impacto que los meteoroides infligen en la superficie lunar. Algunos de sus hallazgos han tenido repercusión en los medios especializados y de comunicación más importantes del mundo.

Madiedo defiende la importancia científica que tuvo la expedición del Apolo XI que acabó con la mítica experiencia de que un hombre pisara por vez primera, la Luna. El científico de la UHU explica que “se desconocía mucho del satélite y gracias a esa misión hubo muchas cosas que se supieron”. Sin embargo, no estamos hablando solo de un hecho histórico por muy relevante que haya sido. La Luna no ha perdido su atracción científica y cosmonáutica para la que hay varios proyectos.

Uno de los aspectos más enigmáticos acerca del satélite era su origen. Gracias a los datos aportados por el Apolo XI, “se elaboró posteriormente la tesis de que la Luna surgió como consecuencia de la colisión que tuvo lugar en la Tierra con un cuerpo espacial del tamaño de Marte. Se conoce como la teoría Theia que es hasta la fecha, la que tiene mayor respaldo.Gracias a la expedición del Apolo XI también se avanzó mucho en conocer qué hay en el interior del satélite. Gracias a los sismógrafos que se dejaron instalados, se sabe que la Luna tiene también terremotos y como la Tierra, su interior se divide en corteza, manto y núcleo aunque éste, a diferencia del terrestre, es mucho más pequeño en relación a las otras dos capas y es de hierro.

Otro importante hallazgo fue saber “de qué está formado el viento solar, que son partículas subatómicas compuestas por hidrógeno y helio que se sabía que existía pero no de qué estaba formado”.Desde luego, los argumentos científicos eran sólidos para que el proyecto Apolo de la NASA se llevara adelante pero esto encajaba perfectamente con un proyecto político de los Estados Unidos que se encontraba inmerso en una carrera frenética contra la Unión Soviética que, en el ámbito espacial, había superado a los americanos en varias ocasiones lo que les había hecho sentirse humillados. Era esa época de la Guerra Fría, y había un compromiso lanzado por John Kennedy ya en 1962, de que los americanos pondrían un hombre en la Luna antes de que concluyera la década y “así fue aunque hizo que el viaje fuera muy arriesgado”.

Lo cierto es que “los Estados Unidos se estaban jugando su reputación” y la expedición comportaba ciertos riesgos fruto en buena parte, de la premura con que había que cumplir que se llegaría a la Luna en la década de los 60. Madiedo explica que “se tenía previsto que podía haber algún fallo. Solo dos descendieron a la superficie mientras que Collins se quedó orbitando. A él le dijeron que si algo iba mal que se diera la vuelta. Incluso había un protocolo establecido para que en caso de que no se pudiera recoger a Armstrong y Aldrin, el entonces presidente Richard Nixon llamaría a sus mujeres que pronto se convertirían en viudas”.

Pero, ¿y el futuro? José María Madiedo recuerda que hubo varias expediciones más a la Luna, hasta el Apolo XVII a excepción de la fallida Apolo XIII. El investigador de la Universidad de Huelva hace referencia a China que se está convirtiendo en un gran competidor espacial aunque . Los chinos tienen interés en establecer una estación espacial que bien podría estar en la superficie lunar o en su órbita. De hecho han contacto con Madiedo gracias a sus extensos conocimientos acerca del impacto de los meteoroides en la superficie del satélite.

El futuro también puede pasar por utilizar la Luna como una fuente de recursos. Madiedo explica que “no sería a corto plazo”. Se trata de que la Luna cuenta con grandes recursos de helio 3, casi inexistente en la Tierra. El helio 3 podría usarse como un combustible limpio pues no generaría problemas con los residuos al no ser radiactivo y que solucionaría las necesidades de energía de la humanidad por un espacio de 5.000 años.Esos recursos saldrían de un lugar desde luego, muy inhóspito ya que las temperaturas oscilan entre los -170ºC donde no da el sol hasta los 200ºC. Estas osiclaciones son el resultado de no ocntar con una atmósfera que regule el clima lunar.

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