Huelva

La hemodiálisis domiciliaria: Un "regalo" para las pacientes del hospital Juan Ramón Jiménez

  • El servicio de Nefrología impulsa una modalidad que otorga "máxima independencia y libertad" a las personas

  • La pandemia afianza un sistema que empezó a tomar forma antes de la irrupción de la Covid-19

Integrantes del servicio de Nefrología del hospital Juan Ramón Jiménez.

Integrantes del servicio de Nefrología del hospital Juan Ramón Jiménez. / M. G. (Huelva)

Máxima "independencia y libertad" para el paciente onubense con enfermedad renal crónica avanzada. Ese es el propósito del servicio de Nefrología del hospital Juan Ramón Jiménez, que ha impulsado la modalidad de hemodiálisis domiciliaria en plena pandemia de Covid-19, si bien es preciso apuntar que el planteamiento del proyecto tomó forma antes de la irrupción del virus. 

Septiembre fue el punto de arranque de la mencionada modalidad y, tras los primeros meses, tres pacientes de edades comprendidas entre los 30 y los 45 años han logrado beneficiarse de una terapia que "ha mejorado sustancialmente la situación clínica, personal y social de las mismas", tal y como reconoce a Huelva Información la responsable servicio de Nefrología del centro hospitalario, Sonia Cruz. Asimismo, les ha permitido una "mejor conciliación" en la vida familiar y laboral, hecho que "les causa una enorme satisfacción". A ellas podrían sumarse, en unos meses, otros tres pacientes, de los que uno ya se encuentra en el proceso de aprendizaje de la técnica, mientras que los otros dos permanecen en el proceso de valoración.

La hemodiálisis domiciliaria trae consigo una "mayor confortabilidad" en el día a día de las pacientes, dado que "tienen total flexibilidad para adaptar sus horarios". En este sentido, la enfermera responsable, Salbi Gómez, insiste en que "la diálisis tiene que adaptarse al paciente y no al revés, debe amoldarse a su vida para que pueda realizar sus actividad cotidianas con total libertad".

El grado de satisfacción de las pacientes es "pleno". Tanto es así que, tal y como asegura Nerea Guarch, "nos cambia la vida por completo, dado que ahora puedo hacer todas las actividades que antes no podía, por cansancio o por coincidencia con la diálisis en el hospital". 

María del Carmen Sánchez durante el proceso de hemodiálisis. María del Carmen Sánchez durante el proceso de hemodiálisis.

María del Carmen Sánchez durante el proceso de hemodiálisis. / M. G. (Huelva)

Esta percepción es también compartida por su compañera María del Carmen Mendoza, quien reconoce que es un "alivio" pasar por este proceso en casa y no en el centro hospitalario, "donde tenía que acudir desde Alosno y, por consiguiente, me exponía a un trayecto largo en coche". A su vez, expresa que ahora su hija de 15 años "no pasa todo ese tiempo sola", al tiempo que recuerda que "la anterior diálisis era mucho más agresiva y dejaba la piel más oscura y seca".

Otro de los beneficios, según la paciente María del Carmen Sánchez, reside en las "libertades", en tanto que se reducen las restricciones de alimentación y bebidas, si bien "es vital la precaución y el control exhaustivo de todo lo que ingerimos, así como seguir una dieta". Aun así, lo que más valora es su regreso al almacén donde trabaja, "un espacio que antes no podía pisar por el cansancio y la fatiga que acumulaba con la diálisis en el hospital. Para mí es un regalo", explica la paciente. 

Gran parte de la responsabilidad de este bienestar emocional la tiene el equipo de enfermería. Salbi Gómez, referente de la hemodiálisis domiciliaria, destaca que sus pacientes son "una segunda familia", pues "me motivan a trabajar con las mismas ganas de siempre, en tanto que son ejemplares y aprendes de ellas a diario a nivel personal y profesional".

Las relaciones paciente-enfermera también se han visto fortalecidas, dado que "las conocemos desde hace años y, además, el período de entrenamiento nos unió mucho más, pues consistía en sesiones de muchas horas diarias durante cinco días a la semana", recuerda Salvi. "Ese tiempo da para mucho y, no solo tocamos la información terapéutica, sino que también brindamos apoyo psicológico y emocional o tratamos otros temas con ellas".

La paciente Nerea Guarch dialoga con el nefrólogo Fernando Fernández y la enfermera Salbi Gómez. La paciente Nerea Guarch dialoga con el nefrólogo Fernando Fernández y la enfermera Salbi Gómez.

La paciente Nerea Guarch dialoga con el nefrólogo Fernando Fernández y la enfermera Salbi Gómez. / M. G. (Huelva)

A este respecto, las pacientes ponen de manifiesto la "plena disponibilidad" de las enfermeras y de los encargados de las máquinas de diálisis. Todas coinciden en que el "contacto es diario y la respuesta instantánea. Es imposible encontrar una desventaja".

A su vez, las pacientes destacan "la buena relación" que tienen entre ellas, pues comparten un grupo de Whatsapp en el que "intercambiamos información y nos aconsejamos". De hecho, y pese a que "no nos vemos con frecuencia, "estamos muy unidas y nos tenemos muy en cuenta". Asimismo, sostienen que desean "elaborar un recetario con alimentos de la zona bajos en fósforo o potasio" con ánimo de "difundir una dieta saludable y atractiva".

En este caso, las sesiones de diálisis son más frecuentes y cortas. Concretamente, se realizan cinco días en semana -los dos de descanso los eligen los pacientes, aunque no pueden ser consecutivos- y duran entre dos y tres horas. Por contra, en el hospital, aunque se realizan tres días a la semana, la duración asciende a más de cuatro horas. Así, son más positivas en el domicilio, pues "están mejor toleradas, desaparece la fatiga post-diálisis, precisan un menor consumo de fármacos al favorecer el control de la hipertensión, la anemia y la hiperfosforemia y necesitan menores restricciones en la dieta (tanto en alimentos como en líquidos)".

El entrenamiento previo tiene una duración que oscila entre las cuatro y seis semanas

Del mismo modo, favorecen el autocuidado, en tanto que el paciente es partícipe de su propio tratamiento. Y, por ende, todo ello repercute en "una mayor estabilidad emocional", al disminuir los niveles de ansiedad y depresión", recoge la responsable del servicio de Nefrología, Sonia Cruz..

La hemodiálisis domiciliaria requiere de un entrenamiento previo a cargo de los profesionales del servicio de Nefrología, cuya duración oscila entre las cuatro y las seis semanas, dependiendo de las características del paciente y de su capacidad "para adquirir la destreza necesaria". El aprendizaje, según Cruz, consiste en sesiones diarias de explicación "paso a paso" de la "técnica, alarmas que pueden surgir, problemas que pueden derivarse y las soluciones a todo ello". A su vez, los pacientes reciben educación sanitaria a nivel de dietas o ejercicio físico, siempre con la máxima de "llevar una vida saludable". 

Sobre el entrenamiento, Sonia Cruz y Salbi Gómez ponen en valor "la capacidad de adaptación de las pacientes" quienes, "ayudadas por su experiencia previa y por una maquinaria muy intuitiva", han conseguido adquirir las destrezas necesarias en el tiempo estimado.

Una vez que los pacientes han interiorizado todos estos conocimientos, el programa de entrenamiento continúa con la primera sesión en el hogar. En la misma, la paciente y un acompañante reciben al equipo de enfermería hospitalaria referente, que velan por el "óptimo desarrollo del proceso". Así, "aportan tranquilidad, comprueban el material y vigilan el funcionamiento del monitor", explica Sonia Cruz.

María del Carmen Mendoza en su casa junto a la enfermera del Hospital Juan Ramón Jiménez, Salbi Gómez. María del Carmen Mendoza en su casa junto a la enfermera del Hospital Juan Ramón Jiménez, Salbi Gómez.

María del Carmen Mendoza en su casa junto a la enfermera del Hospital Juan Ramón Jiménez, Salbi Gómez. / M. G. (Huelva)

Tras ello, los pacientes ya están preparados para la hemodiálisis domiciliaria. Cuentan, por tanto, con un monitor innovador, de reducido tamaño, fácil de transportar, con sencillo montaje y manejo, que tampoco precisa ninguna adaptación física en el domicilio. Igualmente, disponen de una tablet para remitir al nefrólogo y a la enfermera responsables la información del proceso.

A este respecto, conviene precisar que el paciente mantiene comunicación telefónica directa y continua con los responsables, al tiempo que debe acudir al hospital a los controles y revisiones establecidos. Además, los enfermeros están "pendientes" en todo momento por si hubiese algún problema y, por consiguiente, tuviesen que acudir al domicilio.

El servicio de Nefrología del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez es centro de referencia en la provincia de Huelva. Actualmente, un total de 349 pacientes se encuentran en terapia renal sustitutiva. De ellos, 308 reciben tratamiento de diálisis en el centro hospitalario o en alguno de los centros concertados y otros 41 realizan diálisis domiciliaria (38 en diálisis peritoneal y tres en hemodiálisis)

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