Gabriel Cruz se hace fuerte en el palacete

Balance 2019: Un año electoral

El triunfo incontestable socialista le proporcionó en mayo al alcalde una mayoría absoluta que no lograba el PSOE desde 1991 en el Ayuntamiento de la capital

Varios seguidores socialistas felicitan a Gabriel Cruz tras su triunfo en las elecciones municipales de mayo pasado en las que logró la Alcaldía de la capital con mayoría absoluta. / Alberto Domínguez

Hace cuatro años, en 2015, Gabriel Cruz logró lo que parecía un imposible en la capital: desbancar a Pedro Rodríguez de la Alcaldía a la que había accedido veinte años atrás. Este año, en una nueva cita electoral, parecía que el reto no iba más allá de revalidar la victoria para seguir gobernando, pero fue más allá: Cruz lideró para el PSOE la primera mayoría absoluta socialista desde 1991 en el Ayuntamiento de Huelva. Y la historia siguió escribiéndose en una nueva página para recordar.

Han sido tres las citas electorales en este 2019 que ahora acaba pero ninguna tan cercana para los onubenses, ni tan destacada en el resultado, como ésta que ha aclarado el gobierno de la ciudad para los próximos cuatro años. Si ya 2015 fue el año de Gabriel Cruz y la reconquista socialista del palacete de la Plaza de la Constitución, este 2019 pasará a la posteridad por la consolidación de un proyecto que ha contado con un respaldo masivo en las urnas, como apenas se contemplaba en sueños: casi el 50% de los votos, el 45,16%, prácticamente 30 puntos por encima del segundo partido más votado, el PP; casi 26.000 votos, casi 17.000 de margen sobre los populares.

Los catorce concejales logrados le permiten a Gabriel Cruz gobernar sin necesidad de alianzas ni puertas abiertas a través de la abstención, como sucedió en 2015. La oposición temía que este escenario se pudiera dar, por la independencia ganada por el Gobierno socialista, libre de ser fiscalizado a cada momento por el resto de la Corporación, aunque, con su perspectiva, el camino quedaba despejado para acabar de poner en marcha su proyecto de ciudad, del que ya en el primer mandato se vieron algunos esbozos.

El resultado tampoco extrañó a algunos. De hecho, la victoria socialista era un fijo en cualquier quiniela. Más con los 13 ediles con los que se desarrolló buena parte del recuento que con los 15 con los que empezó la noche electoral. Aunque los 14 finales fuesen recogidos en algún que otro vaticinio optimista. Porque se habló mucho durante la campaña, y antes de su inicio, de la falta de rivales de entidad frente a Gabriel Cruz. Y de los problemas internos en algunos de los partidos llamados a encabezar la oposición, que en nada ayudaron a recortar distancias con el favorito.

La tarta se repartió entre cinco grupos en la oposición; el que más, con cuatro concejales, los que menos, con dos. Más motivos para que los socialistas sacaran músculo y reforzaran, además, su triunfo global, con ocho nuevas mayorías absolutas en la provincia, nuevamente teñida del rojo de la rosa. Ese escenario dio otra ansiada victoria y celebrado control de la Diputación, con 14 diputados, uno más que en el mandato anterior, símbolo del dominio imperturbable del PSOE en Huelva, sin peligro ante partidos emergentes y nuevas fuerzas nacionales que no pasaron entonces de un serio toque de atención en los resultados.

La debacle del PP y la irrupción de Vox en el Pleno

Ni cuando era Alianza Popular ni cuando estaba condenado al ostracismo entre encadenados gobiernos socialistas tuvo el PP una representación tan baja en el Ayuntamiento de la capital onubense. El Partido Popular presentó a una desconocida Pilar Marín como candidata casi un año antes y de poco sirvió el trabajo en ese tiempo para convertirla en alternativa de peso: sólo cuatro concejales, la mitad de la representación a la que se redujo el castigo de 2015. Atrás quedaban meses convulsos en el partido vinculados a la capital, que acabó con la salida de Guillermo García de Longoria, enrolado después a Ciudadanos como número dos tras Néstor Santos, fallido cabeza de cartel con tirón en la formación naranja, tampoco exenta de movidas internas. Otro de los damnificados del PP, Wenceslao Font, hombre importante en la campaña de Marín hasta entonces, acabó siendo el cabeza de cartel de Vox, probablemente el gran triunfador de las elecciones del 26-M, tras el PSOE, al irrumpir en el Pleno con dos ediles. La misma representación ha alcanzado este año Mesa de la Ría, de nuevo con Rafael Gavilán al frente y con todo el mérito de ser la única marca exclusivamente onubense. Adelante Huelva también se estrena en el plenario como fusión de Izquierda Unida y Participa Huelva, con el hándicap de la ausencia de Pedro Jiménez, pero con el éxito asegurado de la dupla formada por Mónica Rossi y Jesús Amador. En total, cinco grupos en la oposición. Desde las elecciones de 1979, las primeras tras la dictadura, no hubo una Corporación tan plural, aunque es cierto que entonces no se dio una mayoría como ahora la de Gabriel Cruz, que no elude su voluntad de diálogo frente a los temores de la oposición. Pero la disparidad de visiones, en cualquier caso, está asegurada en cada sesión plenaria.

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