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Estrategias prácticas para conservar la calma en una crisis con tu equipo de trabajo

Una mujer perdiendo los nervios en el trabajo.

Una mujer perdiendo los nervios en el trabajo. / M.G. (Huelva)

Lo primero, como siempre, es saber cómo reaccionas tú durante una crisis en tu entorno laboral, tengas o no el mando, pero sobre todo si lo tienes. Esto es importante, porque no es lo mismo afianzar una conducta que ya te sale de forma natural y es oportuna, que cambiar esa reacción de pánico, aislamiento o mal humor que nos sale a muchos y muchas mortales. ¿Cómo reaccionas? Y una pregunta aún mejor, ¿Cómo te comunicas cuando te atropella una crisis laboral? Ya te adelanto que ahí está el quid de la cuestión de hoy.

Cuando una crisis golpea a tu equipo de trabajo, la reacción natural puede ser miedo, desorganización, aislamiento, pérdida de prioridades … Para evitar todo eso, mantener la calma es fundamental y una clara muestra de fortaleza personal y liderazgo. Porque con la serenidad de pensamientos y conductas es más fácil gestionar con éxito las emociones propias e influir positivamente en las ajenas, promoviendo un ambiente de colaboración incluso en los momentos más tensos o desafiantes.

Eso es lo que te traigo hoy, algunas estrategias prácticas que te ayudarán a mantener la calma y liderar con confianza en esas crisis de trabajo que, segurísimo, van a llegar. Y que sepas que funcional igual de bien en cualquier otro ámbito de tu vida, por si te piensas que por no tener equipo este artículo no va contigo.

Eliminar la serie. Eliminar la serie.

Eliminar la serie. / M.G. (Huelva)

Comunicación transparente y frecuente

La incertidumbre es un enorme generador de estrés cuando todo va bien, imagina lo que hace durante una crisis en la que las personas ya están con todas sus alertas encendidas. Así que, mantener a tu equipo informado, con actualizaciones periódicas sobre cada situación y los pasos a seguir, es una recomendación básica de gestión de personas, pero algo imprescindible en los momentos críticos. La transparencia genera confianza y reduce la ansiedad.

Convoca reuniones breves y frecuentes para actualizar al equipo en todo momento sobre el estado de la crisis y los planes de acción que se van implementando. Y utiliza todos los canales de comunicación que tengáis, sobre todo las plataformas colaborativas digitales, que son muy efectivas para mantener una comunicación bidireccional. Esa es la mejor.

Proyectar seguridad, aunque no se tenga del todo

Como líder, tu comportamiento influye directamente en el comportamiento y la moral del equipo. Por eso, aunque no la sientas del todo, proyectar cierta seguridad con tus gestos, posturas y palabras, va a calmar los nervios del equipo y, muy posiblemente, también los tuyos, gracias al poder de la fisiología que provoca tu lenguaje no verbal en ti.

Practica por tanto un lenguaje corporal positivo, con posturas relajadas, aspecto cuidado, y con un tono de voz calmado. Y envía mensajes de ánimo y reconocimiento al equipo con cierta frecuencia, destacando el esfuerzo y el compromiso de las personas en los momentos más desafiantes.

Establecer prioridades claras y confirmar que te entienden

Durante un crisis es muy fácil sentirse abrumado o abrumada por la cantidad de problemas nuevos que surgen y por el cambio inesperado de prioridades. Por eso es más importante que nunca volver a marcar esas prioridades, separando muy bien lo importante de lo urgente, para poder hacer una delegación de tareas efectiva y segura.

Crea listas de tareas ordenadas por prioridad, y asegúrate de que todas las personas del equipo entienden cuáles son las más urgentes y cuáles tienen delegadas cada persona. Haz preguntas para confirman la comprensión de cada miembro. Preguntar lo que han entendido es una sanísima costumbre que puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso en una crisis.

Manejar una crisis con tu equipo de trabajo requiere de una combinación de comunicación efectiva, inteligencia emocional y estrategias claras para mantener la calma. Así que a todo esto añade las técnicas de respiración atenta, mindfulness o autoconciencia, y serás capaz de aprovechar las crisis para aprender y crecer. De eso va la vida misma.

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