La familia formada por Miguel Ángel Sáenz de Sicilia Mejías y Mari Carmen Benito Álvarez ha hecho entrega de un juego de ciriales y cruz alzada a la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío de Huelva que fue bendecida tras la eucaristía mensual que estuvo dedicada a los difuntos de la filial rociera y tuvo un recuerdo especial al que fuera presidente de la hermandad, Eduardo Fernández Jurado, en el día que se cumplía el segundo aniversario de su fallecimiento.
Los ciriales y la cruz alzada han sido realizados en la orfebrería de Paula de Lucena (Córdoba). Elaborados en metal en plata de 8 micra, destaca el tallado de los mismos y la orla con la medalla de la Concha Peregrina. Asimismo, Mari Carmen y Miguel Angel, que forman parte de la junta de gobierno de la Hermandad, también han donado los pies de estos nuevos enseres que vienen a enriquecer el patrimonio de la hermandad que han sido realizados en los talleres de forja repujada de Manolo Bustamente y Paco Díaz.
Marí Carmen ha señalado durante el acto que “este presente se realiza después de los duros momentos vividos por su marido y que gracias a la Virgen del Rocío y la Patrona de su pueblo, la Virgen del Robledo, los va superando él y toda la familia”.
La misa, que contó con la participación del antiguo coro de Emigrantes, estuvo presidida por el vicario parroquial de La Merced, Álvaro Gómez Martín, quien ha pedido a los hermanos y devotos de la hermandad “ser auténticos devotos de la Virgen del Rocío y del Señor”. El altar contó con un exorno floral regalo de la hermana María José Muiño.
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