Huelva

Cien años del reencuentro de los franciscanos con el 3 de agosto

  • En abril de 1920 volvieron los frailes a La Rábida dándole vida a la paredes colombinas

  • Este año no se podrá celebrar el día de la partida por la pandemia

Celebración del 3 de agosto de 1920 en el claustro de La Rábida.

Celebración del 3 de agosto de 1920 en el claustro de La Rábida. / Foto Diego Calle

En La Rábida este año la celebración colombina del 3 de agosto tiene una significación muy especial. Viene a coincidir con el centenario de la vuelta de los franciscano al cenobio del que se vieron obligados a abandonar por la desamortización eclesiástica, en 1836. Culminaba con ello el capítulo que en el IV Centenario del Descubrimiento de América pretendía darle a La Rábida el esplendor que siempre tuvo, pero que la desatención a la que fue sometido durante el siglo XIX le llevó a quedar sumido en el mayor de los abandonos. A pesar de que Alfonso XIII se sirvió disponer en 1892 se hiciera entrega del monasterio a los franciscanos.

La Rábida en una postal circulada en 1920. La Rábida en una postal circulada en 1920.

La Rábida en una postal circulada en 1920. / Archivo Sugrañes

Quedó entonces pendiente la vuelta de los franciscanos, lo que volvió a retomarse bien entrado el siglo XX y que gracias a las gestiones personales del diputado por Huelva Antonio Mora Claros, y su patrocinio personal fue clave para dar vida a las paredes desnudas del monasterio.

La toma de posesión se verifica el 20 de febrero de 1920, mientras que la inauguración oficial de la comunidad no tiene lugar hasta el 25 de abril siguiente. Un acto que constituyó como una gran romería en el paraje de La Rábida con más de cuatro mil personas en sus alrededores, como cuentan las crónicas que se desplazaron de los pueblos de alrededores de Huelva, Palos, Moguer... Asistieron las máximas autoridades eclesiásticas con el nuncio y el cardenal de Sevilla.

Esta efemérides se completa con aquel primer año de los franciscanos de nuevo para celebrar aquí el 3 de agosto, fecha solemne en este lugar rabideño.

Unas fiestas que comenzaban a prepararse en Huelva el día 2 de agosto de 1920 con la llegada del Regimiento de Soria con bandera y banda de música, que fue recibido en la estación de trenes por una ciudad que se había echado a la calle para participar del recorrido que les llevaría hasta el cuartel del paseo de Santa Fe.

Acudió a los actos de 1920 la Banda del Regimiento Soria

Se les recibía con la Banda de Música dirigida por el maestro Castillo; hubo homenaje a la bandera por parte de las autoridades y posteriormente desfile de la tropa por las calles de la ciudad. Por la noche la Banda de Música del Regimiento de Soria ofrecía un concierto en la Plaza de las Monjas; con lo que se animaban las fiestas sin olvidar los bailes del Círculo.

El cañonero Delfín ya se encontraba desde el sábado en el Puerto de Huelva y se desplazó hasta La Rábida el día 3 de agosto para el llamado Certamen Colombino que presidió el almirante Vázquez de Castro y al que acudieron las autoridades civiles y militares y la propia Sociedad Colombina Onubense.

Hacia La Rábida zarpó también el Vasco Núñez de Balboa con las autoridades que a las ocho y media de la mañana conduciendo a las personalidades de la Marina y del Ejército, autoridades y socios de la Sociedad Colombina que participaron en la misa en la iglesia de histórico monasterio.

El cañonero Delfín y el Vasco Núñez de Balboa llegaron al Puerto de Huelva

Hubo acto solemne en el claustro del monasterio, allí se dio lectura a la poesía premiada con flor natural y posteriormente los discursos. La fiesta continuó al día siguiente con misa de campaña en el muelle de Huelva con asistencia de las fuerzas de desembarco, Infantería e institutos especiales. Se levantó un altar presidio por la Virgen del Carmen y a ambos lado el Sagrado Corazón de Jesús y San José.

En la Ría hubo regatas y cucañas; por la noche velada en el Paseo y concierto benéfico en Teatro Mora. Este año, el del centenario de aquella vuelta de los franciscanos, que devolvieron la historia espiritual a sus paredes no se podrá celebrar como estaba previsto.

La situación de pandemia del coronavirus ha llevado a la Real Sociedad Colombina a suspender los actos tradicionales del 3 de agosto, solo habrá una misa privada en la iglesia conventual. Lo que como recuerda la Colombina no había ocurrido desde hace más de ocho décadas.

Las Fiestas Colombinas en la ciudad de Huelva también están suspendidas por los mismos motivos.

Ahora sólo queda el recuerdo de aquella celebración de hace un siglo en esta imagen tomada por Diego Calle en el claustro del monasterio, que tan hermoso ha sido siempre pero que ahora necesita de la restauración de las pinturas del zócalo de sus paredes del siglo XV. Una decoración restaurada en 1892 y que corre gran peligro; la Junta de Andalucía ha anunciado que asumirá estos trabajos.

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