Desde el 27 de enero del 2020, cuando Huelva Información se hizo eco de la próxima caducidad de la DIA, hasta el pasado miércoles cuando se iniciaron oficialmente las obras del Centro de Vuelos no Tripulados, conocido como el proyectoCEUS, el que está llamado a ser uno de los proyectos estrella de la economía onubense para los próximos años, pasó de la decepción a la esperanza, de la parálisis administrativa a una aceleración desconocida en la provincia. En un paraje del término municipal de Moguer, conocido como La Atalaya, comenzaba a escribirse una historia que, a partir de ahora debe tener a la provincia de Huelva como auténtica protagonista.

En esa fecha, cuando todavía la pandemia no había sido advertida ni por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, se iniciaba la cuenta atrás para la puesta en marcha de un proyecto que hundía sus raíces una década antes, cuando la recordada Carme Chacón, ministra de Defensa, unía en la misma frase CEUS y Huelva. Su implicación resonó el pasado miércoles en el acto de apertura oficial de las obras del CEUS por parte del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.

La crisis económica cercenó cualquier intento por ponerlo en funcionamiento. Dos años después, en 2013 la Junta declaró la prevalencia del interés científico y tecnológico sobre el forestal y la descatalogación de los terrenos, algo que tuvo que volver a hacer siste años después; la inversión necesaria fue declarada de interés estratégico para Andalucía, para agilizar los trámites (también fue necesario recordarlo después); se declaró el interés económico de su inversión y fijó la fecha límite para ese mismo año e incluso se habilitó una partida en los Presupuestos Generales del Estado.

Los recelos entre las dos administraciones, cercenaron cualquier intento por llevarlo a la práctica. La falta de concreción en la financiación del proyecto, hizo el resto.

José Luis García Palacios fue uno de los principales impulsores del proyecto CEUS con la asociación 'Huelva, Potencia Económica'.

Desde aquel lejano 2011 hasta la semana pasada, se han sucedido los intentos por recuperar el proyecto. El más sólido fue el de José Luis García Palacios, quien con la asociación Huelva, Potencia Económica, intento relanzarlo, aunque tampoco consiguió vencer las dificultades con las que se enfrentaba.

Llegamos así al año pasado. La Cámara de Comercio con su presidente, Daniel Toscano, a la cabeza y la Federación Onubense de Empresarios (FOE) con José Luis García-Palacios, se pusieron a la cabeza para intentar poner en marcha un proyecto que tenía apenas diez meses por delante para sobrevivir. Huelva volvió a estar enfrentada con la coexistencia enfrentada de dos administraciones, la central y la autonómica, gobernadas por distintos partidos; el cambio en la Junta de Andalucía, coincidió con el del Ejecutivo central, cada una en distinto sentido. De nuevo, intereses partidistas se sobreponían a una visión común.

En los diez meses que quedaban por delante, tal vez el único que consiguió algo en claro fuera el propio Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que regularizó unos terrenos que ocupa desde hace años en ElArenosillo, que navegaba en un limbo legal. La Delegación provincial de Desarrollo Sostenible hizo lo que debía, declarar la prevalencia del interés científico sobre el forestal y agilizar los trámites de su competencia. El Ayuntamiento de Moguer valoró los terrenos e incluso llegó a ofrecerlos en cesión si se ponían las obras en marcha.

La cerrazón del Ministerio de Defensa con la titular, Margarita Robles, a financiar las obras hicieron completamente estériles los intentos del consejero de Transformación Económica de la Junta, Rogelio Velasco, quien se tomó desde el comienzo el proyecto CEUS como un reto personal. También la pandemia sirvió a algunos representantes institucionales para tapar su inacción. De nada sirvió la implicación de los empresarios de la provincia que consiguieron atraerse a sus homólogos de Sevilla y Cádiz en un proyecto en el que les iba mucho en juego por sus relaciones con la industria aeronáutica. En octubre caducó la Declaración de Impacto Ambiental. Había que comenzar todo el proceso de nuevo.

Imagen del 16 de septiembre del año pasado en el que se firmaba un acuerdo que suponía el aplazamiento del proyecto.

Curiosamente, la foto del 16 de septiembre del año pasado ilustró la comparecencia del Teniente General José María Salom para presentar en sociedad el proyecto CEUS. “Desde el día siguiente nos pusimos a trabajar en relanzar el proyecto”, señaló el director general del INTA.

Nada de lo que ha pasado en los últimos meses se entendería sin una figura imprescindible en todo el proyecto. Ante la cerrazón del Ministerio de Defensa, se abre una nueva vía con la entrada en escena del titular de Ciencia e Innovación, Pedro Duque. El pasado 20 de enero, Huelva Información recogía la gestión personal del exastronauta en un proyecto que comenzaba a ver la luz de nuevo. Duque llegó a llamar de manera personal al alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar para interesarse por el estado del CEUS.

El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) con fondos suficientes del programa operativo recientemente aprobado 2021-2027, consiguió lo que parecía insalvable, la financiación del proyecto. Para ésta, un grupo de empresarios onubenses agrupados en torno a Caja Rural del Sur llegó a poner cuatro millones de euros encima de la mesa para comenzar con los primeros trabajos.

El CDTI diseñó un plan a la medida delCEUSpara vencer la principal reticencia del INTA de embarcarse en un proyecto sin tener asegurada la conclusión definitiva del mismo. La espera llegó hasta el último día de octubre. Apenas la semana anterior, la nueva DIA presentada en abril, era aprobada de manera definitiva. El dinero necesario para su puesta en marcha fue publicado en el Boletín Oficial del Estado. Todo estaba en manos del INTA que se dio toda la prisa del mundo por aprobar el proyecto definitivo que concluyó con la imagen del pasado miércoles que estuvo varias veces en riesgo de no llevarse a cabo, en especial después del relevo en el Ministerio de Ciencia que dejaba al proyecto sin su principal valedor.

Las obras del proyecto CEUS se pusieron en marcha el pasado miércoles.

Todo este periplo quedaba atrás hace cuatro días, cuando un cartel con tres banderas anunciaba que el CEUS comenzaba, por fin su andadura en medio de los parabienes unánimes y una presencia demasiado numerosa de cargos institucionales y de las tres administraciones.

Lo que queda ahora está en manos de los propios representantes de la provincia. Las administraciones, una década después, han hecho lo que debían y pusieron el proyecto en funcionamiento. Ahora toca sacarles el rendimiento que prometen. Si bien es cierto que las mismas parecen favorecer a un retorno vertiginoso de la inversión toda vez que no hay en todo el continente ninguna otra de similares características en cuanto a disponibilidad de espacio aéreo, condiciones meteorológicas y apoyo de las actuales instalaciones del INTAen El Arenosillo y las principales empresas aeronáuticas del mundo traerán hasta Huelva sus prototipos para ser probados y certificados, la industria auxiliar tiene su papel que jugar.

De momento se ha anunciado la intención de la Cámara de Comercio de celebrar en el segundo semestre del año que viene, cuando las obras estén en marcha más allá de las labores de desbroce que se llevan actualmente a cabo por parte de Tragsa, un foro empresarial que ayude a que se conozca el proyecto.A partir de ese momento, las escusas dejarán de servir. La oportunidad está abierta. Costó diez años, pero por fin está en marcha. En noviembre de 2023, si se cumplen los planes previstos como así parece, comenzará una nueva etapa en la historia económica de Huelva.