Arte compartido, placer encumbrado
Aramburu, José Manuel Coronel y Bermejo exponen sus obras en el Centro Cultural de Caja Rural





A Alfonso Aramburu le gusta compartir la felicidad, la vida y el arte. Por eso ha mezclado su esencia con la del arquitecto José Manuel Coronel y la del escultor Gregorio Bermejo, llenando el Centro Cultural de Caja Rural del Sur de propuestas variadas que dialogan entre sí y se enriquecen, al tiempo que aportan al espectador un mundo cargado de matices. El resultado de esta mezcolanza en la que todos salen ganando es Un escultor, un acuarelista y un pintor, la muestra que puede visitarse hasta el próximo día 27, de 19:00 a 21:00.
En nombre de la Fundación Caja Rural del Sur, a la que asesora artísticamente, Aramburu alabó el valor de la propuesta por la riqueza que ofrece, destacando la técnica de Coronel, autor de las acuarelas que se exhiben, y la filosofía de vida que esta encierra, puesto que "si metes la pata es una técnica que no admite corrección". Al tiempo, se refirió a la expresividad de las esculturas de Bermejo, artista valverdeño que ha expuesto en toda España.
Por su parte, Aramburu, aporta 24 obras recientes que van desde el abstracto al retrato, pasando por el impresionismo. Con su pincel, el artista ha inmortalizado, entre otros muchos espacios, la torre de Fuente Heridos, los acantilados del parador de Mazagón o la aldea de El Rocío.
Según explicó Bermejo, su obra encierra tres cuestiones esenciales: voluntad de trabajo, observación e imaginación. Con sus manos muestra el preciso momento en que una persona está en reposo o en ligero movimiento, para lo que cuece el barro en horno de fuego (a unos 1.100 grados) y plasma lo mejor de su arte, en este caso expresado en unas 26 obras.
Su amor por el buen flamenco se atisba en las flamencas que ha esculpido, y su imaginación se hace presente en obras como El Éxtasis del Fauno. El surrealismo está presente en piezas como Un beso, mientras que el ingenio toma fuerza en Odalisca gatuna, obra con la que rompe esquemas.
José Manuel Coronel exhibe en la muestra un total de 23 obras. En sus acuarelas el arquitecto no busca el detalle ni profundizar en conceptos particulares. El artista plasma el ambiente y la luminosidad de las Marismas de Almonte, la idiosincrasia de la Plaza de las Monjas -con transeúntes de figuras alargadas con el sol detrás- o la belleza del Puente del Burro, en acuarelas realizadas en el último año. El arquitecto, según comento, siempre ha dibujado y usaba la acuarela como método de representación de sus proyectos. Amante de la creatividad, se lanzó a exponer hace unos dos años, mostrando lo mejor de su técnica y siendo consciente de que la acuarela tiene una sutileza que otras técnicas no tienen.
"Es muy complicada porque no te da margen de error. En acrílico puedes tapar un tono con otro encima porque son opacos. Pero en la acuarela si te equivocas no puedes taparlo. Por ello, dedico mucho más tiempo a replantear el dibujo que a hacer la acuarela en sí, que es muy rápida porque el agua se evapora y no funden los colores", señaló. De este modo, el creador improvisa pero con un control previo.
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