Huelva

Absuelven a un hombre de Huelva al que su nieta le denunció por abusar de ella

  • La denunciante es menor de edad y le acusaba de un delito continuado de abuso sexual

Audiencia Provincial de Huelva.

Audiencia Provincial de Huelva. / Alberto Domínguez (Huelva)

La Audiencia Provincial de Huelva ha absuelto a un hombre de 80 años del delito continuado de abuso sexual del que era acusado después de que su nieta, de 13 años, lo denunciara por abusar de ella, al considerar que no ha quedado probado la perpetración del delito.

Este hombre se enfrentaba a una petición de condena por parte de la Fiscalía de seis años de cárcel, más siete de libertad vigilada, y una orden de alejamiento y comunicación por ocho años.

Sin embargo, la Audiencia Provincial de Huelva, en una sentencia considera que "no ha quedado acreditado con la seguridad y certeza que se requiere la comisión por el acusado del delito continuado de abuso sexual".

Se considera probado que desde el año 2015 hasta marzo de 2020 la menor, nacida en 2008, convivió tanto los fines de semana como en la época de verano con su abuelo en su domicilio de Huelva y durante esos periodos ambos mantuvieron contacto físicos acomodados a los parámetros propios de esa relación familiar.

En mayo de 2021 la menor le contó a una amiga que su abuelo le efectuaba tocamientos en distintas partes de su cuerpo no costando la realidad de esos tocamientos del acusado de carácter sexual.

El acusado ha negado en todo momento los hechos que se le imputan admitiendo únicamente que "le gastaba bromas a su nieta pero sin contenido sexual", que "nunca la tocó por debajo de la ropa" y que le daba como a otros nietos, a la hora de despedirse, "piquitos" en la boca pero "no besos con connotación sexual".

La menor, por su parte, ofreció en el juicio un relato incriminatorio en el que describía tocamientos de partes íntimas, besos en la boca y que, incluso, "le metía la lengua en la boca"; estos hechos se los contó a una amiga y a su madre.

Este relato, sin embargo, no encuentra para el tribunal la solidez necesaria si se tiene en cuenta las declaraciones del padre, el tío y la tutora de la menor.

El padre, al que la niña no contó nada, relató que "la menor iba a la casa de los abuelos cuando ella quería y se quedaba a dormir", que no le notó "nada normal" en su comportamiento y calificó de "costumbre" en su familia despedirse con "piquitos"; además, recalcó que "su hija miente mucho".

El tío insistió en esto último, indicando que la menor era "una niña mentirosa, manipuladora, que no se le puede llevar la contraria" y que "cinco días antes de la denuncia" la niña quería "quedarse en la casa con ellos".

Es junto a estos dos testimonios que señalan la actitud "proclive" de la menor a la mentira, donde adquiere, según el tribunal, "una especial relevancia" la declaración de la tutora quien aseguró que la menor "se llevaban muy bien con su familia paterna, que le tenía mucho cariño a su abuelo" y que "todos los problemas que tenía su padre era porque mentía mucho; que no sabía por qué mentía pero que no podía parar".

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