Los restos mortales del príncipe Enrique, marido de la reina Margarita de Dinamarca, llegaron ayer a Copenhague. Hoy a partir de las seis de la tarde el féretro será instalado en el Palacio de Christiansborg y desde mañana hasta el lunes los daneses podrán pasar por su capilla ardiente para darle su último adiós al miembro más díscolo y rebelde de la familia real danesa.

Con una vida apasionante y una personalidad propia que ha mantenido hasta el final, el esposo de la reina Margarita será incinerado el próximo martes 20 de febrero a las once de la mañana durante una ceremonia íntima en Christiansborg ya que, por expreso deseo suyo, sus restos no reposarán en el mausoleo real sino que serán esparcidos, una mitad en el mar danés y la otra será depositada en los jardines privados del Palacio Fredensborg.

El que ha sido el último viaje del príncipe Enrique entre el palacio de verano y la residencia oficial de la familia real danesa en la capital comenzó ayer a las diez de la mañana y ha estado formado por un cortejo fúnebre de vehículos en el que se encontraban los dos hijos del matrimonio con sus esposas, los príncipes Federico, Mary, Joaquín y Marie, y los que fueran la pasión del príncipe en sus últimos años de vida, sus ocho nietos. Después, la familia real danesa al completo ha recorrido los alrededores del palacio de Amalienborg, donde los ciudadanos han rendido su particular homenaje al príncipe danés nacido en Francia en forma de mensajes de condolencia y ramos de flores, unos 8.000 se han depositado hasta ahora.