la última jornada | el retorno de los peregrinos onubenses

Los carros traen la alegría rociera

  • Emigrantes y Huelva llegan a la ciudad tras la celebración de una gran romería

  • Una tarde de ambiente festivo llena las calles desde la Isla Chica hasta el Molino de la Vega

La Hermandad de Huelva pasa por el Muelle del Tinto. Imágenes de Alberto Domínguez.

El Rocío no termina con la vuelta. Es ahora cuando comienza un nuevo Rocío, que es el que interioriza cada uno hasta que llegue el Domingo de Pentecostés de 2018. Será una espera corta, menos de un año, para que vuelvan a estar las hermandades en el camino hacia las marismas almonteñas. El del año próximo será el 19 de mayo y en esa fecha es en la que piensan ya los romeros, que venían cansados pero contentos.

Una tarde de luz para llegar a la ciudad, tan calurosa como las vividas en estos días de romería. La de ayer fue de trasiego en las calles céntricas, donde fueron recibidos los peregrinos a las puertas del Ayuntamiento por el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz. Un tiempo de espera en el que los más felices por las plazas de las Monjas o del viejo Estadio Colombino son las más pequeñas, que acuden con sus trajes de flamenca para divertirse jugando en esta tarde que tiene para los mayores aire de espera y melancolía por la despedida.

El Simpecado de la Hermandad de Emigrantes pasa ante la Punta del Sebo.

Rostros cansados, quemados por el sol que acompañó a los peregrinos durante estos dos días de camino. Sudor y lágrimas, alegrías y plegarias.

La tarde en Huelva va sintiendo la llegada de las carretas del Simpecado en una jornada en la que Huelva es más Huelva, porque tiene a sus dos simpecados al mismo tiempo. No se unen, pero sí lo hacen los onubenses con sus miradas. Emigrantes es la primera en llegar. Cuando se arriba al Monumento a Colón y se cruza el Río Tinto, Huelva está ahí y, con ello, el sueño cumplido de haber disfrutado de una romería que es para contarla, por tantas emociones vividas, por lo mucho disfrutado con la familia y los amigos, sintiendo la cercanía de la Virgen del Rocío en la romería más universal e igualmente más fraternal.

El Simpecado de la Hermandad de Emigrantes pasa ante la Punta del Sebo.

La ciudad está ahí en el horizonte de los romeros. Los de la Hermandad de Huelva acceden por la avenida Francisco Montenegro. El Monumento a Colón también como referente en este saludo de regreso, acompañado en este día por muchos que gustan ir hasta la Punta del Sebo y echar la tarde con una merienda esperando a los romeros. La caballería avanza y detrás la carreta de plata, que ilumina el sol de la tarde y la alegría se refleja en la Ría. Huelva está ya aquí.

Ya está Emigrantes recorriendo el centro de Huelva.

La Comandancia de Marina es el punto de entrada para los romeros. Aquí todo se organiza; la comitiva tiene su protocolo para entrar en la ciudad. Ahora es cuando Cinta Burguillos recibe la bandera asuncionista, es la primera señal que le anuncia como futura hermana mayor de Huelva. Recibirá el 1 de julio la vara dorada con la que llegará en 2018 hasta la aldea almonteña. Se la entregará el hermano mayor de esta romería, Antonio Garrido, que se muestra gozoso "por un camino y una romería de esplendor". Por ello, se entra en Huelva con alegría, que se refleja en el semblante. Antonio Garrido destaca que "todo ha ido perfecto, mucho calor, pero muy contentos, con un magnífico comportamiento de la gente; resultó genial y hemos llegado perfectamente; no es fácil, por lo importante que es la Hermandad de Huelva y el peso de su comitiva".

Antonio Sánchez de Piña también valora muy positivamente su primer Rocío como presidente. Asegura que será recordado "por un camino de mucho calor" y por el del cambio del camino, "dejamos la pista de El Pepino para volver a la carretera del Parador, con lugares tan entrañables para nosotros como Bodegones, Villarejo y Cabezudo". Un recorrido del que destaca que "es mucho más leve, porque tenemos a los lados arboleda donde sombrearse los caballistas". Un camino que Emigrantes también cogió a la vuelta. En la mañana de ayer, antes de la salida, hubo un momento bastante emotivo, como fue el saludo de la Hermandad de Emigrantes al iniciar su camino, cuando se acercó con su carreta hasta el Simpecado de Huelva. Por la tarde se fundieron los sentimientos rocieros de los onubenses en sus dos hermandades, mientras la de Huelva llega por la Comandancia, la de Emigrantes lo hacía por El Punto. De nuevo un saludo al monumento a la procesión del Rocío, para acceder por la Gran Vía hasta el Ayuntamiento, donde la Banda Municipal de Huelva anima la tarde e interpreta la Salve Rociera al paso de los simpecados. Palmas y alegrías en una jornada festiva que se llevan hasta el Molino, pasando antes por el Monumento a la Inmaculada Concepción, bajando por Puerto para llevar la alegría a todo el Barrio de la Merced, con un guiño a la Santa Iglesia Catedral y, de ahí, al Paseo de la Glorieta, para dedicarle la última Salve a la Virgen y también los vivas a la Blanca Paloma. Allí les esperó el presidente de Emigrantes, José Brioso Mojarro, que no les pudo acompañar en la vuelta por una dolencia.

La hermandad de huelva a su paso por la sede del Huelva Información.

A Huelva le quedaba aún un trecho mayor, la subida hacia la Isla Chica desde El Punto por la antigua cuesta de San Cristóbal. El tamboril anuncia la comitiva y alegra las últimas horas de la tarde, en este barrio que siempre sintió como suya a la Hermandad de Huelva, lo que se reafirma en ese saludo que todavía realizan en la iglesia de Nuestra Señora del Rocío. Ahora la comitiva continúa con la alegría de las campanillas de la carreta de plata hasta la avenida de Andalucía. Las fuerzas todavía resisten a este último arreón de la carreta para llevarla hasta su misma casa de hermandad, donde el Simpecado presidirá los sueños de una Hermandad que piensa ya en un nuevo Rocío.

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