La aldea despierta poco a poco de la noche anterior en la que dormir pasó a un segundo plano y las sevillanas fueron las protagonistas. Los bailes, los paseos a caballo y un rato de amigos para disfrutar del día central de la Romería, el plan perfecto para todos los romeros que se encontraban en la aldea. Con los primeros rayos de sol el día todos comenzaron los preparativos para la misa de Pentecostés, donde todos los simpecados estuvieron presentes presidiendo el escenario en el que el Nuncio ofició la misa.

Momentos antes, todas las hermandades se ponían a punto para esta celebración que culminará durante la noche con el rezo del Santo Rosario y el posterior salto de la reja. Un día de vivencias en el que miles de fieles se acercarán a la aldea para poder visitar a la Blanca Paloma en una jornada especial. Mientras, en las terrazas de las casas la fiesta continúa durante la tarde y donde los tambores no paran de sonar.

El tiempo se mantuvo como en el día del sábado, con temperaturas máximas de 26 grados y mínimas de 16 con cielos nublados. El sol salió a la hora de la misa en la que El Rocío se volcó para recibir a todos los simpecados. Un día de familia, amigos y recuerdos.

Las campanas y los cohetes fueron la banda sonora del día en la que todos los romeros tenían un brillo especial en la cara esperando al salto de la reja y a ver a la Virgen en la calle. Una jornada especial en la aldea en la que todos los romeros viven con intensidad los últimos coletazos de la romería en la aldea almonteña.