Tribuna Económica

Carmen Pérez

Munición financiera

Ante el referéndum ilegal del 1 de octubre, Caixabank, acuciado por los acontecimientos, se pronunció, manifestando que su único objetivo como entidad era "proteger en todo momento los intereses de sus clientes, accionistas y empleados, garantizando la integridad de los depósitos". Y que esta postura "guiará las decisiones futuras que, en caso de ser necesario, hayan de tomarse". Por otra parte, Josep Oliu, presidente el Banco de Sabadell, también mandó un mensaje de tranquilidad, asegurando que "si fuera necesario se tomarían las medidas suficientes". Era más que sabido que estas entidades tenían un plan diseñado para trasladar -si hiciera falta- su domicilio fiscal en pocas horas a otro territorio de España. Hizo falta. Ayer tarde, el Banco de Sabadell decidió abandonar Cataluña y protegerse en España. Se marcha a Alicante; Caixabank parece que seguirá esos mismos pasos: munición financiera para la cuestión catalana.

La situación se había puesto delicada: depositantes catalanes, independentistas o no, sacando su dinero de los bancos catalanes, y llevándolo a otros bancos españoles, a sus sucursales fuera de la región catalana. Y depositantes españoles abandonando los bancos catalanes, con rabia por todo lo que está pasando. Caixabank y el Banco de Sabadell habían empezado a recibir castigo desde muchas partes. No disponemos de contadores visibles que marquen la evolución de los depósitos. Según los supervisores, Banco Central Europeo (BCE) y Banco de España, estos movimientos de dinero -de momento- no eran demasiado preocupantes.

Lo que sí fue transparente y claro fue la actitud de los inversores, catalanes y no catalanes: la cotización de la acción de Caixabank había bajado un 12,3% este última semana; y la del Banco de Sabadell, un 17,5%. Nada más comunicarse la reunión del Sabadell para decidir el cambio de sede, y las intenciones en el mismo sentido de Caixabank, pasaron de las pérdidas a fuertes ganancias. No hay que olvidar -ellos tampoco- que estos dos bancos han trascendido ampliamente sus territorios originarios y desarrollan su actividad por toda la geografía de España: sólo el 18% del negocio del Sabadell y el 22% de Caixabank se encuentran en tierras catalanas.

Banco de Sabadell no ha esperado ni a la declaración unilateral de independencia. En realidad, si llegaba esa circunstancia, hubiera sido ineludible la aplicación del artículo 155, y entonces el cambio de sede no hubiera hecho falta. Pero, aunque la independencia nunca va a llegar, sí habrá elecciones más adelante. Y el traslado de estas sedes puede ser de la mayor relevancia. Son símbolos de Cataluña, sobre todo Caixabank, algo así como el Barça. Puede ser el jarro de agua fría que despierte a muchos independentistas del engañoso sueño al que están entregados, puede hacerles sentir el abismo financiero que podría esperarles. Los fanáticos de la CUP han saltado al instante, y han pedido al Govern que se deje de trabajar con ellos y que se potencie una banca pública catalana. Pero, almas de Dios, ¿quién iba a confiar su dinero a ese banca? Ay, qué pena, ¡no poder dejarlos ser independientes por una semana!

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