La grada tuvo mucho que decir frente al Alavés. El Nuevo Colombino asumió el mensaje lanzado desde el club y estuvo con su equipo, incluso en los peores momentos. No así con Sergi Barjuan, que recibió en dos ocasiones los reproches de los aficionados albiazules. El último tramo del campeonato le está pasando factura al preparador en forma de distanciamiento con los seguidores, que no comprenden los motivos por los que el equipo que deslumbró en la primera vuelta se encuentre metido en semejante atasco.

Pero el partido frente al Alavés se comenzó a disputar en los prolegómenos del choque. Un grupo de aficionados radicales del conjunto vitoriano protagonizaron un enfrentamiento con un sector de hinchas recreativistas en las inmediaciones del Nuevo Colombino. La Policía tuvo que intervenir y, según fuentes del propio club, cuatro de estos seguidores tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos con diversas contusiones y lesiones, sin que ninguno de ellos revistiese gravedad. La Policía Nacional controló los hechos y no se produjeron detenciones, según la información facilitada.

El enfrentamiento se trasladó al Nuevo Colombino, esta vez de forma mucho más pacífica. La afición desplazada del Alavés y la del Recreativo protagonizaron un enconado duelo dialéctico con dedicatorias de toda índole. Para evitar males mayores el grupo de radicales vitorianos desplazado contó en todo momento con un cordón policial a su alrededor.

Un triste incidente que ya comenzó mal. La lluvia aguó el día del niño en el Nuevo Colombino. Las actividades programadas tuvieron que suspenderse por la climatología y la afluencia de espectadores se resintió de forma notable. Lo que mal empezó, empeoró durante la tarde y acabó peor.