Liga adelante

Perdido en su laberinto (0-2)

  • El Alavés saca provecho de un Recre sin ideas y atascado Los albiazules estuvieron espesos, atenazados y sin argumentos.

Pide a gritos un tiempo muerto, pero la competición no para ni concede treguas. Si estuviera en la mano de Sergi y de los responsables de la zona noble del Nuevo Colombino, lo harían. El Recre está perdido en su propio laberinto, en una espiral sin resultados ni juego de la que no consigue salir. Ni el fútbol le permite encontrar una puerta, ni los resultados consiguen que se reconcilie con el balón para hallarla. En la encrucijada se encuentra sin dar con una dirección que lo saque del atolladero en el que se ha metido. Le urge parar. Tomar aire, reflexionar y tomar conciencia de sus problemas para emprender el camino de nuevo. Pero las jornadas no esperan a nadie, por mucha necesidad de respiros que tenga.

Fue el Alavés como pudo ser la Ponferradina hace quince días. Llegó el conjunto vitoriano a Huelva con las ideas claras, un punto adicional de intensidad y la calidad en los metros finales que no tuvieron los bercianos para llevarse el premio. Es lo preocupante. Se aprovechó de un rival nulo en la creación y ausente en el ataque que tuvo en Zamora a su futbolista más entonado.

Los albiazules no estuvieron en el Nuevo Colombino. Prácticamente ganó el Alavés por incomparecencia de los onubenses. Manu García dejó en evidencia a los locales en el minuto 26. Un balón tierno y dividido en el área recreativista. Ninguno de los defensores fue capaz de alejar el peligro y en estas que metió la bota el vitoriano para hacer el gol.

El único disparo a puerta de toda la primera mitad fue obra de Montoro. El valenciano sacó una falta desde la frontal y colocó el balón en la escuadra. Crespo detuvo con serios apuros. Eso fue todo. Muy pobre para un equipo que a pesar de ello mantiene serias opciones de disputar la promoción de ascenso.

Borja Viguera puso la sentencia en la primera que tuvo en el 47. El delantero culminó bien una contra que lanzó Ion Vélez. Eso fue todo el partido.

La fractura de la grada con el banquillo es una realidad. Ayer quedó demostrado que la mayoría del Nuevo Colombino no está con su preparador, pero la responsabilidad del técnico llega hasta donde llega y en este Recre comienza a ser alarmante la baja forma y la nula aportación de jugadores que debían asumir el liderazgo en el campo. Una acción de Cabrero buscando a quien ceder el balón sin encontrar un compañero que la pidiese fue sintomática del ataque de ansiedad que persigue en este momento al equipo.

El Recre aún tiene la oportunidad de disputar la promoción de ascenso, que no es un premio menor por más que en estos momentos pueda parecerlo. Pero en el estado actual carece de la capacidad competitiva mínima para afrontarla con garantías. Requiere de una reflexión, un impasse y reordenación mental y física para salir del laberinto en el que está inmerso. Tiene que encontrarse a sí mismo. Arreglar un pinchazo con un coche en marcha es un reto complejo, pero con ocho jornadas por delante no está la competición para entrar en boxes y cambiar nada.

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