Autocrítico, Sergi Barjuan reconoció ayer que el Recreativo defraudó en el partido que perdió ante el Alavés por 0-2 en el Nuevo Colombino. "Hemos estado mal, espesos, sin gestión de balón, ni al defender ni al atacar; no hemos estado en el partido -admitió- ha sido horroroso, muy malo, no supimos gestionarlo. Estuvimos muy separados, las segundas jugadas eran siempre para ellos, no supimos leer cuándo jugar y cuándo no. Entramos bien, pero a los pocos minutos nos sentimos incómodos ante situaciones que antes superábamos pero ahora nos venimos abajo y hay que trabajarlo".

Pese al varapalo, el técnico albiazul no olvida la privilegiada posición que ocupa el equipo onubense desde el comienzo de la temporada -en puestos de ascenso desde la jornada 5- y subrayó que "no podemos desaprovechar esta oportunidad, tenemos que intentarlo, no podemos tirar por la borda el trabajo de siete meses tan fácilmente. Hay que exponer más". No obstante, el técnico puntualizó que la dinámica de trabajo es la misma de siempre, incluso, reforzada con nuevas alternativas, por eso insistió en su empeño de dar con la tecla que resuelva la situación. "Los entrenamientos son iguales e incluso con otras sinergias para dar otro ritmo al entrenamiento y ha salido bien pero no sé lo que pasa en el campo. No sé físicamente, mentalmente o psicológicamente lo que pasa pero hay que buscar la solución", explicó.

No se rinde fácilmente el entrenador del Decano, que tras los gritos de "Sergi vete ya" por parte de aficionados no pensó en dimitir. "Hay momentos en los que cuando todo funciona se es muy feliz y otros, adversos, en los que te vas a casa e intentas solucionar los problemas y tirar para adelante, pero no me caracterizo por tirar la toalla", afirmó.