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La odisea del onubense Joselito en el Hellas Verona

Joselito se lanza al suelo durante un partido de pretemporada.

Joselito se lanza al suelo durante un partido de pretemporada. / M.G.

Pocos talentos tan precoces han salido de la cantera del Recreativo en los últimos tiempos. Es el caso de José Antonio Gómez Márquez (Huelva, 2004). El jugador, ahora en las filas del Hellas Verona, está viviendo un calvario en el club a sus 20 años de edad. Pero antes de desembarcar en la ciudad veronesa destacó en el Grupo X de Tercera División con el Coria. Tenía tan solo 15 años.

Joselito, como se le conoce popularmente en el mundo del fútbol, dio sus primeros pasos en la cantera del Recreativo de Huelva. Rápidamente captó la atención de los ojeadores del Sevilla FC, que se lo llevaron a la entidad hispalense. Tras pasar un lustro en la carretera de Utrera, el Coria CF de Tercera División se lo llevó en edad cadete... para el primer equipo.

El mediocentro fue titular indiscutible en el club del Guadalquivir durante la temporada 19/20. Disputó 23 partidos e incluso anotó un gol, en Pozoblanco, cuando aún no había cumplido los 16 años. Este hecho no pasó desapercibido para varias de las mejores canteras del mundo. Equipos como el FC Barcelona, Fulham, Real Sociedad, Betis o Valencia se interesaron en él. El gato al agua, merced a su antiguo representante, se lo llevó el Hellas Verona italiano. Fue el principio de un camino plagado de contratiempos.

Joselito y toda su familia se mudaron a Italia para vivir el sueño de todo niño: ser futbolista profesional. No obstante, el primer año de su estancia en Verona se lo pasó en blanco. Problemas entre el club y su antigua agencia de representación lo dejan una temporada entera sin competir. Al año siguiente, en la 21/22, empieza a jugar en Liga Primavera, una competición cerrada de filiales de equipos de Serie A y Serie B muy seguida en Italia. Su buen hacer en el centro del campo llama la atención de grandes clubes del panorama nacional: caso de Roma, Inter o Juventus.

Los aficionados comienzan a pedir a gritos el ascenso de Joselito al primer equipo. Y se lo prometen. La idea es que el onubense esté durante la temporada 22/23 entrenando con ellos y, cuando no vaya convocado, baje al filial. Es ahí cuando le renuevan. Aunque la intención del club es hacerlo por cuatro temporadas, Joselito acepta un contrato de dos años -22/23 y 23/24- más otros dos opcionales, debido a una situación de compraventa que estaba viviendo el Hellas en ese momento. De nuevo, completa una gran temporada con el equipo Primavera. Incluso va convocado en cinco ocasiones con el primer equipo, el cual militaba en la máxima categoría del fútbol italiano.

Vuelven los problemas

Las buenas actuaciones de Joselito hacen que el club le quiera renovar los dos años restantes. Rechaza ofertas de clubes como el Empoli. Había firmado con una conocida agencia de representación nada más terminar el curso pasado, por lo que todo hacía presagiar que el jugador podría centrarse de una vez en lo meramente deportivo. No obstante, es a partir de ese momento cuando vuelven los inconvenientes con el club.

Joselito comienza la presente temporada afianzado en el primer equipo. El problema recae cuando antes del cierre del mercado de verano, otros clubes se interesan en el jugador. Sin ir más lejos, Hellas y Torino acuerdan un traspaso por un millón de euros y un 15 por ciento de futura venta. A escasos minutos del cierre definitivo, el Hellas Verona cambia las condiciones pidiendo cantidades superiores a las acordadas.

Harto de la situación, de nuevo sin competir, la premisa era clara: salir del Hellas Verona en invierno. Ofertas no le faltaron. Ramón Planes, director deportivo del Real Betis, fue el más interesado en hacerse con sus servicios. Cuando ya tenían todas las condiciones acordadas, Arabia Saudí se llevó al propio Planes y abandonó la entidad heliopolitana. La operación, por tanto, debía pasar de nuevo por las manos de la que a efectos oficiales era aún su agencia.

Viendo que la opción de ir al Betis se desvanecía por una cuestión de mala praxis, el centrocampista onubense consideró la opción de ir al Fortuna Sittard holandés. Sin éxito. De nuevo sus representantes mandaron al traste la operación, anteponiendo otros futbolistas antes que él. Viendo que la contratación de la agencia no daba resultados a la hora de salir, opta por depositar su confianza en su abogado personal para que ejerza como representante. Quedaban muy pocos días para el cierre del mercado invernal.

En ese compás de espera aparece el Vitória Guimarães, actual quinto clasificado en la liga portuguesa. Último día de mercado -en Portugal finaliza un día antes de lo habitual-. Con todos los documentos firmados por ambas partes, ahora es el Hellas Verona quien no deposita los documentos a tiempo en la federación. La pesadilla continuaba. Por tercer mercado consecutivo, Joselito no podía salir de Italia.

A día de hoy, a sus 20 años de edad, sigue entrenando con el equipo durante la semana. Pero no compite. Y eso, a un jugador tan joven, acaba repercutiéndole negativamente. Ahora, tanto el club como su familia buscan una solución a un trato totalmente injusto y desmedido. Las miras están puestas en el próximo mercado de verano, donde a buen seguro y a pesar de la inactividad, ofertas no le van a faltar al onubense para poner punto y final a su calvario particular.

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