La vigésimo primera entrega del calendario liguero de la Regional Preferente no debe provocar cambios significativos en la clasificación. Por arriba tanto Isla Cristina como Rosal parten con etiqueta de favoritos de cara a los respectivos compromisos que mantendrán contra Bollullos y Almonte Balompié.

Por la zona del descenso todo debe seguir igual, aunque el Aljaraque perseguirá una victoria que le permita recortar distancias con los equipos que le cierran la salida del pozo clasificatorio, Valdelamusa y Trigueros Balompié.

La jornada de este fin de semana queda minimizada como consecuencia del aplazamiento del Hinojos-Aroche. En ella queda enmarcado como choque estrella el que dirimirán Rosal y Almonte Balompié, rivales separados por nueve puntos que obligan a vaticinar a favor del cuadro fronterizo.

Rosaleños y almonteños sufrieron en sus carnes el dolor de la derrota en el anterior capítulo, y afrontarán el encuentro con claros pensamientos de sacarse esa espina, más dolorosa si cabe para un Rosal al que su derrota en Aroche le obligó a abandonar el liderato. El equipo que entrena a las órdenes de Antonio Martínez y Pepe Vázquez conoce el valor de lo que se juega, y es consciente de que un nuevo revés le puede pasar factura -ahora tiene a cinco puntos al Aroche y a siete al Olont- de cara a esa recta final de una competición en la que apunta al ascenso a la Primera Andaluza.

A la vista de todo esto, lógico es pensar que el cuadro fronterizo afronte el choque con codicia y la garra que demandará durante la pelea el Almonte, un oponente al que una victoria le puede meter de lleno en la pelea por el premio de ascenso directo del segundo puesto, o al menos en la de esa tercera posición que permite luchar contra el tercero de Cádiz por una repesca para subir de categoría.

Fácil debe resultar para el Isla Cristina inclinar a su favor la balanza del resultado en el envite que sostendrá con el Bollullos. Frente a frente estarán el primero y el último de la clase, diferencia que debe plasmarse sobre el rectángulo de juego.

El tropiezo que sufrió la semana pasada ante el Trigueros, a priori contrincante asequible, hizo ver al Olont la realidad de que no hay enémigo pequeño. En esta ocasión los entrenados por Nacho Colombo también se ven las caras con un adversario que aparece como bocado fácil, aunque el Pinzón no es el mismo del principio de temporada, y seguro que acudirá a Gibraleón con pretensiones de obtener renta positiva que le ayude a despegar de la cola.

Competido y rocoso se presume el partido que disputarán el Canela y el Riotinto Balompié. Los canelistas tratarán de hacer valer la ventaja de jugar en casa para superar a un rival que, además de cuidar muy mucho la parcela defensiva, saldrá apuntando a un resultado positivo que le permita ver el panorama clasificatorio desde un prisma distinto al de la amenaza del descenso.