Coraje | Estreno en Filmin

Una madre soltera en el laberinto iraní

Sadaf Asgari en una imagen del filme de su tío.

Sadaf Asgari en una imagen del filme de su tío.

Muerto el maestro Kiarostami, el cine iraní que sale fuera de sus fronteras a través de los festivales apenas tiene en Jafar Panahi a un verdadero autor capaz de escapar del marco y el tono habitual de ese neorrealismo de nuevo cuño empeñado en denunciar la falta de libertades y la deriva islamista del país a partir de pequeñas historias cotidianas protagonizadas por personajes comunes.

En Coraje, que deja una clara sensación de déja vu, se trata de seguir el periplo de apenas 24 horas de una madre soltera veinteañera que debe dejar a su hijo con alguien para ocultárselo a su familia, de visita en Teherán desde su pueblo de origen. Ali Asgari (Dissapeareance) ata bien los giros de su guion para ponerla contra las cuerdas, acompañada de su amiga y en constante choque con gentes poco solidarias o, incluso, con hombres capaces de chantajearla para que consiga su propósito.

Su cámara busca la continuidad espacio-temporal a través del plano-secuencia pero se topa siempre con esa escritura que ha decidido previa y torticeramente que nada puede salir como nuestra madre coraje quiere. Con todo, y como pasaba también en Opponent con Peyman Mooadi, es el estupendo trabajo Sadaf Asgari, sobrina del cineasta, lo que sostiene de cabo a rabo la intensidad de un relato que sigue incidiendo en los retrocesos del lugar de la mujer en la sociedad iraní contemporánea. Es más, su parecido con la gran Setsuko Hara y su naturalidad en los pequeños detalles maternales en el cuidado de su bebé nos redimen de otros caprichos pesimistas del filme.