La aldea de Las Chinas es una de las localidades más peculiares de la Sierra de Huelva. Está ubicada justo en medio de los términos de Galaroza y La Nava, por lo que ambos localidades comparten su municipalidad. Es la iglesia de la aldea la que sirve como límite de separación entre las dos partes: la cachonera, hacia la izquierda, y la navina, hacia la derecha.

Estas características pueden jugar en su favor en algunas ocasiones, como por ejemplo a la hora de organizar sus fiestas, ya que atraen a vecinos procedentes de ambas localidades. Esto es lo que sucederá los próximos 6 y 7 de junio, días en los que Las Chinas celebrará la festividad de la Divina Pastora. Los actos se iniciarán el sábado con la misa que oficiará el párroco de Galaroza, Juan Alamillos, y que será cantada por el Coro de Nuestra Señora del Carmen. Tras ella tendrá lugar la procesión de la imagen, acompañada por la Banda de Música de Galaroza.

Los actos religiosos dejarán paso a los puramente festivos con el baile popular amenizado por los grupos Memphis y Amanecer. Pero será el domingo, día 7, el que protagonice la parcela lúdica con la celebración de la tradicional Garbanzá' con la que la población agasaja a sus visitantes. Un gran potaje de garbanzos será repartido gratuitamente entre los vecinos y allegados.

Los actos cuentan con la colaboración de los Ayuntamiento de Galaroza y La Nava, además de la financiación de la Caja Rural, junto con todos los vecinos de la aldea.

Las Chinas es una localidad que se ha convertido en un lugar paradisíaco, muy demandado por numerosas personas que van buscando la paz y la tranquilidad que ofrece el enclave. Sus casas edificadas al más puro estilo arquitectónico popular serrano y la ribera del Múrtiga que la rodea representan una de las mejores muestras de patrimonio cultural y natural de la zona.

El camino desde Galaroza hasta la aldea es transitado a diario por decenas de personas a pie, en busca del ejercicio físico y del paseo reparador. En este recorrido se pueden encontrar saltos de agua en la ribera, huertas de frutales, encinas y alcornoques centenarios e incluso una coqueta fuente que data de 1933 y que ha sido recientemente embellecida por el Ayuntamiento cachonero.

En este pueblo, justo siguiendo el camino situado enfrente a la iglesia, se encuentra el origen del negocio industrial que levantó la vieja empresa Santa Teresa de Electricidad.