Eva Noguero | Directora del almacén de residuos radiactivos de El Cabril

“Para entender el servicio público que prestamos, hay que conocerlo”

  • Insiste en el papel social que juega Enresa y la instalación de El Cabril, ubicada en Hornachuelos (Córdoba) a la hora de gestionar esos residuos 'desconocidos' que generan hospitales, industrias y otros sectores

Eva Noguero, directora del Centro de Almacenamiento de El Cabril.

Eva Noguero, directora del Centro de Almacenamiento de El Cabril. / Miguel Ángel Salas

Eva Noguero (Peñarroya-Pueblonuevo, Córdoba) es licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Córdoba. En 1991 se incorporó a Enresa como responsable del Laboratorio de Caracterización de Residuos. De entonces recuerda que “todo el equipo de Enresa estaba volcado en alcanzar un objetivo, que era común para toda la empresa: arrancar y poner en funcionamiento la nueva instalación de El Cabril”. Desde 2010 es la directora de esa instalación de la que defiende que es un ejemplo de servicio público, sobre todo a la hora de gestionar los residuos de los pequeños productores.

–¿Qué son pequeños productores para el Centro de Almacenamiento de El Cabril?

–Con la denominación de pequeños productores englobamos a aquellas instalaciones diferentes de las centrales nucleares, en las que también se generan residuos radiactivos, residuos que han de ser gestionados de una forma adecuada. Normalmente la generación de residuos radiactivos se asocia a la producción de energía eléctrica en centrales nucleares, pero quizá es menos conocido que el uso de radionucleidos está generalizado en otro tipo de actividades. En España existen más de 1.000 instalaciones radiactivas distribuidas por todo el territorio nacional, localizándose unas 175 de ellas en Andalucía.

–¿Qué tipos de pequeños productores atiende Enresa desde El Cabril?

–La mayoría de este tipo de instalaciones están relacionadas con los campos de la medicina, la industria o la investigación. Entre las aplicaciones de la radiactividad encontramos el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, desarrollo de fármacos, la medida de espesores, densidades, niveles en depósitos o verificación de uniones en soldadura en procesos industriales, investigaciones biomédicas y biomoleculares, determinación de humedad de terrenos, control de plagas, etc.

–¿Cómo se retiran los residuos de esas pequeños productores?

–Estos residuos son retirados por Enresa en diferentes tipos de embalajes, realizándose su transporte desde los diferentes centros productores hasta el Centro de Almacenamiento de El Cabril, por carretera. Una vez recibidos o recepcionados en la instalación son acondicionados para posteriormente ser almacenados de forma definitiva.

–¿Cómo se tratan y acondicionan este tipo de residuos hasta que llegan a El Cabril?¿Y qué se hace con esos en el centro?

–El tratamiento necesario para que estos residuos puedan ser almacenados es realizado por Enresa en las instalaciones de El Cabril. Son residuos de una naturaleza muy variada, desde fuentes que son inmovilizadas con mortero en bidones de 220l, residuos como textiles, plásticos o papel que son sometidos a un proceso de compactación para reducir su volumen, viales conteniendo líquidos orgánicos que deben ser incinerados o líquidos acuosos que son utilizados en la fabricación del mortero que se usa para inmovilizar los residuos en el interior de contenedores de hormigón y que son las unidades que van a depositarse en las celdas de almacenamiento.

–El almacén de El Cabril es un referente para otros países en lo que a la gestión de residuos radiactivos se refiere ¿Por qué?

–El Cabril está considerado por la Nuclear Regulatory Commission (NRC) estadounidense como una de las mejores instalaciones de almacenamiento de residuos radiactivos del mundo, por su modelo de almacenamiento y medidas de seguridad. Que la gestión que realizamos sea una referencia a nivel internacional, sigue siendo un objetivo para Enresa.

–¿Cómo se gestiona y vigila la instalación en la que se almacenan esos residuos y dichos residuos almacenados?

–La instalación dispone de un sistema de vigilancia de la radiación que suministra información en continuo de los niveles de radiación de las áreas o locales donde pueden localizarse residuos. Cuenta también con un programa de vigilancia radiológica ambiental que permite evaluar el impacto radiológico en su entorno. Este programa contempla la toma de más de mil muestras anuales de agua superficiales, subterráneas, aire, vegetación , suelos, fauna, alimentos… que son analizadas en laboratorios externos y cuyos resultados ponen de manifiesto que las condiciones radiológicas del mismo no se han visto influidas por la operación del Centro en sus 30 años de funcionamiento. Por otro lado, todas las actividades relacionadas con la gestión de los residuos y la seguridad son periódicamente objeto de inspección por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que es el organismo competente en materia de seguridad nuclear y protección radiológica.

–En El Cabril se almacenan residuos radiactivos de media, baja y muy baja actividad, ¿qué destacaría de su gestión?

–Destacaría que la gestión de los residuos radiactivos es un servicio público esencial, algo que no es conocido por muchos, y que una instalación como El Cabril es necesaria para gestionar de forma definitiva los residuos radiactivos de baja y media actividad que se producen en las centrales nucleares, tanto en su fase de operación como durante su desmantelamiento, así como los generados en las numerosas instalaciones radiactivas que existen en nuestro país, asegurando una vigilancia y control de este tipo de materiales y contribuyendo por tanto a la protección de las personas y del medio.

–¿Cómo cree que ve la sociedad ese “servicio público y social” que desde Enresa se defiende que El Cabril lleva ya tres décadas prestando con esa retirada y almacenamiento? Se lo pregunto porque todo o casi todo lo que nos rodea es radiactivo y precisamente esos residuos de pequeños productores proceden de hospitales, laboratorios de investigación o de centros industriales, por ejemplo.

–La aceptación social de la misión que tiene encomendada Enresa a veces no es bien entendida; en ello no sólo influyen aspectos técnicos, existe un componente emocional, la percepción personal del riesgo y ante ello, las únicas herramientas que pueden utilizarse son la transparencia y la información. En Enresa y en El Cabril tenemos las puertas abiertas, creemos que mostrar lo que hacemos es siempre la mejor forma de entender nuestra actividad. Para entender el servicio público que prestamos, hay que conocerlo.