Andalucía

Marineros marroquíes sabotean la faena de seis palangreros gaditanos

  • Varios pescadores del país vecino cortaron los palangres de cinco algecireños y un barbateño en los últimos días Subdelegación asegura que Marruecos tomará las medidas pertinentes

Cuando parecía que la rutina pesquera de los barcos de la provincia iba a romper su relación con los titulares de periódicos, un conflicto en altamar entre marineros magrebíes y gaditanos avivó ayer la polémica en torno al protocolo de pesca. Poco ha durado el status quo de uno de los consensos más postergados en las historia de las relaciones bilaterales entre europeos y magrebíes.

 

El martes se produjeron los primeros choques en el caladero compartido al oeste del Cabo Espartel, en el banco denominado como Majuán, una vez que pescadores del reino alauí cortaron los palangres de dos barcos de Algeciras. Asimismo, ayer a primera hora perseveraron en su hostilidad, resultando afectados por estas tácticas disuasorias tres embarcaciones de Algeciras y una de Barbate. Pese a que varias fuentes del sector aseveran que otros años hubo roces, la estupefacción reinó al inicio del miércoles. No obstante, fuentes de Agricultura recogieron la incidencia de tan sólo dos palangreros gaditanos. Con la máxima celeridad posible, las primeras quejas fueron elevadas a la Subdelegación del Gobierno en Cádiz y a la dirección de Recursos Pesqueros, como confirmó el patrón mayor de la Cofradía de Barbate, Alfonso Reyes. 

El palangrero barbateño Raquel y Sheila, del armador Luis Beltrán, fue uno de los que sufrió los sabotajes de los descontentos marineros marroquíes. "Ayer -por el martes- calaron encima de los españoles, cortaron los palangres. Y hoy no nos han dejado trabajar donde teníamos que trabajar nosotros. Nos han dejado los peores sitios, a pesar de llegar los primeros", relata con frustración. Este último no entiende que tras abonar el permiso, no pueda trabajar con normalidad. 

 

Beltrán rechaza entrar en cualquier tipo de pelea y amenaza con devolver la licencia si la situación no se controla desde sendas administraciones. Por el momento, hoy el Raquel y Sheila no faenará en el caladero marroquí, quedando a expensas de plenas garantías de seguridad.

 

"Volveré el viernes porque ellos no irán al ser festivo", añade Luis, que ayer se quedó en aguas del Estrecho. "Como la autoridad no ponga medios, lo que va a pasar es una desgracia en la mar", avisa el patrón de la nave barbateña, al tiempo que se lamenta de haber esperado mucho tiempo "para esto". El conflicto surgido a mitad de semana propició que la captura de Luis fuera de 300 kilos, menos de la mitad de los 700 kilos conseguidos el primer día. Mientras el lunes los marineros ganaron unos 80 euros, ayer se embolsaron 20 euros. Por su parte, el armador pasó de obtener 400 a 200 euros. De estas ganancias, además, han de restarse los gastos.

 

El subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, gestionó desde primera hora la situación con la Secretaría General de Pesca, que elevó su descontento a la delegación de la UE en Rabat. "Los marineros marroquíes se tendrán que acoger a los acuerdos que firma su país y no actuar por cuenta propia", apuntó De Torre, quien sugirió que se trataba de actuaciones espontáneas de pescadores.

 

Según ratificó a este periódico, las autoridades de Marruecos respondieron que controlan la situación y que tomarán las medidas pertinentes para velar por el  correcto cumplimiento del pacto. "Hemos dicho a los barcos que vuelvan a faenar sin problema alguno, que está todo arreglado", tranquilizó el subdelegado.

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