Josep Pla ha publicado recientemente parte de sus diarios bajo el título Hacerse todas las ilusiones posibles y otras notas dispersas. Se trata de un material inédito importante de este autor que dejó una amplia obra y un gran número de lectores. Vázquez Montalbán decía que Pla era el Camba catalán. Pla escribió: "Lo ideal es hacerse todas las ilusiones posibles y no creerse ninguna". Y de ilusión se trata.

Ahora los regalos de cumpleaños a los niños se hacen con el consenso de los padres. Los niños pierden toda la ilusión. Se le entrega una cantidad económica a los padres para que ellos les compren a sus hijos lo que deseen, lo que les haga falta, en teoría, claro está. Esas fiestas de cumpleaños donde el protagonista volvía a casa cargado de regalos y con una sonrisa permanente ha pasado a otra historia. El rostro repleto de ilusión ha dejado paso a la duda y la extrañeza. Si los padres quieren comprarle unas zapatillas de deporte con el dinero recaudado para ello, pues eso que se lleva el pequeño.

No me dirán que no se está perdiendo la ilusión en este caso. No me dirán que todo pasa ahora por una voluntad ajena, y nunca propia. La necesidad puede más que el deseo, que la propia ilusión. Y esto me recuerda a las cercanas fechas navideñas en las que estamos, y en las que recibimos regalos. Si hay que escribir una carta a los Magos o a Papá Noel, pues se escribe, y ya está. Pero todos sabemos que acabaremos recibiendo aquello que es voluntad de otros y nunca nuestro propio deseo.

Más de uno tiene la repisa repleta de colonias que nunca usará, de corbatas, de calcetines, de cinturones. Y no hablemos de libros. Te suelen regalar el libro que no deseas leer, pero al recibirlo debes poner buena cara. No un rostro de ilusión sino de desesperación. ¡Menudo pestiño! Nos hacemos todas las ilusiones posibles y conseguimos las voluntades ajenas. Pero hay que ser agradecido, agradecido y elegante, agradecido e ilusionante. A ver si algún día tenemos suerte o fortuna y nos cae aquello que realmente deseamos.

Pla también dejó dicho en sus diarios: "El catalán es un fugitivo. A veces parece un cobarde y otras un ensimismado orgulloso. A veces parece sufrir de manía persecutoria y otras de engreimiento. Alterna constantemente la avidez con sentimientos de frustración enfermiza. A veces es derrochador hasta la indecencia y otras tan avaricioso como un demente". ¿Les suena de algo? Tienen actualidad estas palabras. Pla falleció hace 36 años, sus obras se quedan entre nosotros.

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