Huelva se convierte en el "epicentro del Rocío" con el Rosario Jubilar rociero este sábado

25 hermandades filiales de la Matriz de Almonte acompañan a sus simpecados hasta la plaza de La Merced

"Elevamos nuestras súplicas y agradecimientos al cielo, con la esperanza de que la madre del Pastorcito Divino las eleve", rezaba el Monseñor Santiago Gómez Sierra durante la Misa en la plaza de La Merced

Veintiséis hermandades participarán ante la catedral de Huelva en el rosario rociero jubilar

Misa en la plaza de La Merced oficiada por Monseñor Santiago Gómez.
Misa en la plaza de La Merced oficiada por Monseñor Santiago Gómez. / Josué Correa

Huelva/Todo estaba preparado a lo largo de la mañana de este sábado, aunque los últimos preparativos llevaban dos días gestándose y la organización se realizaba desde antes de marzo. Eran 26 simpecados de las hermandades los que protagonizarían el Rosario Rociero en este año Jubilar y ocupaban la sala al completo de la casa hermandad de la Hermandad de Emigrantes, donde desde las 10:00 permanecían a la espera de salir y conquistar las calles de Huelva. Una estampa única e irrepetible, cuando Rocío y Huelva se fundían en su solemne procesión.

Era a partir de las 20:00 de este sábado cuando desde el interior de la casa hermandad comenzaban a salir los simpecados y hermanos. Se daban cita todas las filiales de la Hermandad Matriz de Almonte, cuya fe rociera invadía las calles de la ciudad hasta la plaza de La Merced -engalanada de los colores jubilares-, donde tendría lugar una Misa. Aunque el evento estaba programado para marzo de este mismo año, la lluvia obligaba a cerrarlo para más adelante, siendo al fin la fecha este 28 de junio.

Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte procesionando.
Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte procesionando. / Josué Correa

Quedaban pocos minutos para la salida de la comitiva, entre abanicos y caras de emoción de los devotos, que procesionaría mientras la Hermandad de Emigrantes y la Hermandad Matriz la guardaban y cerraban el cortejo.

En la capilla de la casa hermandad, se encontraban cada uno de los simpecados, presididos por el de la Hermandad Matriz de Almonte, dejando una imagen que pocas veces se ha visto antes en la ciudad. Paralelamente, todo estaba preparado en la plaza de La Merced, en la que se había previsto que llegaran los simpecados a las 21:30, donde tendría lugar el rezo oficiado por el Obispo de Huelva, Monseñor Santiago Gómez Sierra.

El comienzo del Rosario Rociero Jubilar se retrasaba por las inclemencias meteorológicas y por la propia organización, cuyos responsables estaban obligados a asegurarse de que todo saldría bien. “Hoy se juntan aquí muchas almas y muchas personas en este rosario, para unirnos aquí alrededor de la Virgen del Rocío. Cuerpos y fuerzas de seguridad vigilan que todo salga bien en un evento tan importante que conlleva un gran trabajo”, decía la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda durante la procesión.

La música trasladaba a los asistentes hasta la aldea, en la que se encontraban hace poco más de dos semanas. Lo hacía también el ambiente de solemnidad y felicidad al mismo tiempo al ver a los simpecados avanzar por los rincones y calles de la ciudad. El cortejo resistía al calor, que era intenso desde el primer minuto de la tarde.

Desde Villalba hasta Palos de la Frontera, salían despidiéndose de la Matriz con la que se reencontrarían en el corazón de Huelva. Avanzaban de uno en uno mostrando sus llamativos colores, formas y distintivos, que los convierten en únicos aunque siempre con un nexo común.

Una vez en la calle, la comitiva caminaba con cierto ritmo. Había ganas de procesionar tras tener que aplazar el Rosario durante el pasado invierno, cuando la lluvia y tormentas obligaban a mover el evento rociero en el calendario.

Los primeros simpecados llegaban a la plaza de La Merced al mismo tiempo que la Matriz salía de la casa hermandad de Emigrantes, acompañada de representantes institucionales, hermanos mayores y presidente de la hermandad. Se entonaban entonces los primeros "vivas" del recorrido, dejando claro una vez más que la fe de Huelva hacia la Patrona de Almonte es una pieza clave en el engranaje.

El Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte llegaba hasta La Merced a las 21:12, cuando se hacía el silencio en el coro y comenzaban los rezos y los vivas a la Virgen estallaban. La comitiva se abría paso para que se completara al fin el altar con la presentación del último estandarte en La Merced, que se posicionaba con 15 minutos de antelación.

"Con el corazón puesto y la mirada puesta en María (...). Llevamos nuestras plegarias y nuestras intenciones hasta las plantas de la Reina de las Marismas. Queremos ofrecer este Rosario por todas nuestras intenciones y sobre todo para que el amor venza al odio. Por todos los enfermos y ancianos, especialmente los que sufren en soledad para que encuentren consuelo y fortaleza. Por los difuntos de nuestras hermandades, para que puedan gozar de la compañía de la Virgen", rezaba el Monseñor Santiago Gómez en el inicio de la Misa, que duraba en torno a media hora.

Con la caída de la tarde se celebraba la Santa Misa, cuando la ciudad parecía callarse para escuchar las plegarias a la Virgen del Rocío. Luego, a las 22:00, los simpecados emprendían la salida junto a su comitiva y se dirigían hacia el Monumento a la Inmaculada, en la Plaza de la Vera Cruz, donde tenía lugar la ofrenda floral. Proseguían luego hasta la Iglesia de La Concepción, donde se rezaba La Salve ante la imagen de la Virgen del Rocío, una de las estampas de la tarde que pasará a la historia y quedará siempre guardada en el recuerdo de los rocieros onubenses.

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