Astilleros: silencios sin respuesta

Editorial

30 de abril 2010 - 01:00

HACE falta remontarse muchos años en las hemerotecas para encontrar una noticia positiva sobre Astilleros de Huelva y, cuando las hubo, se diluyeron rápidamente como azucarillos en una lamentable sucesión de acontecimientos a la que nadie ha sabido poner freno. Esta histórica empresa va a cerrar sus puertas sin que exista ni una alternativa que garantice que sus instalaciones van a seguir acogiendo actividad fabril ni un futuro laboral para su plantilla. Como venimos relatando en las últimas semanas, la hoja de ruta diseñada por el Gobierno andaluz para impedir ambas circunstancias pasaba, grosso modo, por la cesión de la licencia de construcción de barcos, la obtención de las subvenciones existentes por el cese de actividad y la llegada de inversores dispuestos a aprovechar la alta cualificación de la plantilla. Efectivamente, el plan previsto se ha cumplido en sus primeros epígrafes, pero esos inversores siguen sin aparecer. Ayer, el nuevo consejero de Economía, Innovación y Ciencia reconoció en el Pleno del Parlamento de Andalucía que la situación es "especialmente crítica" y reclamó el consenso de todas las partes implicadas. Antonio Ávila añadió que la hoja de ruta es papel mojado debido a que las condiciones financieras de la empresa son peores de lo esperado, si bien hace ya meses que se sabe que las pérdidas rondaban los 300 millones de euros. ¿Esperaba acaso la Junta de Andalucía que alguien fuese a asumirla sin más? También era conocido que los armadores de los buques que están en construcción renunciaron a ellos -bien por el retraso en su entrega y del consiguiente incumplimiento de los contratos firmados, bien por sus propios problemas de financiación- luego tampoco era ésa una fuente de ingresos sólida. El esfuerzo inútil conduce a la melancolía y las protestas de la plantilla decaen con el paso del tiempo. Los trabajadores de Huelva apuran con pesimismo unas opciones de recolocación cada día más difíciles, sin tener siquiera las garantías de recolocación o prejubilación con las que sí cuentan sus colegas de Sevilla. Lamentablemente, no hay soluciones a la vista ni respuestas. Tan sólo silencios.

stats