Astilleros, principio del fin

Editorial

PASO A PASO, Astilleros de Huelva se hunde en su propio fracaso. A esta emblemática empresa onubense se le han juntado todos los males posibles: la crisis que afecta al conjunto del sector naval a escala mundial, una gestión más que cuestionable por parte de sus propietarios y una Administración pública que a lo largo de los años sólo ha conseguido prolongar de forma artificiosa la supervivencia de la factoría sin hacer una apuesta decidida por su futuro, entre otras cosas -todo sea dicho- por las restricciones impuestas por la Unión Europea a la concesión de ayudas. El panorama no puede ser más desolador porque los astilleros coreanos, la competencia más dura, hacen barcos más baratos, de alta calidad y con unos plazos de entrega un 50% más cortos. El último capítulo se escribió la noche del pasado martes, cuando el consejo de administración de la empresa acordó el otorgamiento de nuevas prerrogativas al apoderado designado por la Junta de Andalucía para que éste pueda aprobar "el cierre de las instalaciones y el cese de la actividad de la empresa, así como la extinción de los contratos de los trabajadores". Es, sin duda, una pésima noticia que no puede maquillarse. El apoderamiento para determinar el "cese de la actividad" figuraba en el primer documento de la famosa hoja de ruta presentada por la Administración autonómica para la salvación de la empresa, pero fue retirado a las primeras de cambio al ser rechazado de plano tanto por los trabajadores como por los accionistas. Ahora, sin previo aviso y, paradójicamente, por la presión ejercida por los sindicatos y el comité de empresa, esas prerrogativas se han hecho realidad. Si nadie lo remedia o dice lo contrario, algo que aún no ha ocurrido, Astilleros puede haber enfilado el camino hacia su cierre. Hasta ahora, la Junta de Andalucía había sostenido que su objetivo era "reorientar" la actividad de la empresa hacia nuevos campos como la reparación y el mantenimiento, sin dejar de lado la construcción de buques, pero los nuevos poderes dados al futuro administrador único generan unas inquietudes que nadie se ha atrevido aún a despejar. ¿Contra quiénes se manifestarán los sindicatos si se echa el cierre?

stats