Una merienda en la sede

18 de junio 2025 - 03:05

En la sede, los contertulios la observaban ojipláticos perdidos. Algunos apenas eran capaces de sostener entre sus manos la taza de café, y los otros, más avezados en aquellas lides, aprovechaban para meterle mano a la bandeja de pastelitos de El buen gusto que había traído el nuevo para entrar con buen pie.

-Pregúntale otra vez, por favor -insistió, boquiabierto.

-Venga, una vez más y ya está -decía el otro, sonriendo maliciosamente-. Marisa, ¿hay algún problema con los trenes en Huelva?

Y Marisa, sin parpadear siquiera, pronunció exactamente las mismas palabras de hacía apenas dos minutos:

-La inversión pública que llega a Huelva en materia ferroviaria es real, concreta y responde a criterios de sostenibilidad, seguridad y vertebración del territorio. Estas actuaciones demuestran el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con una infraestructura clave para nuestra provincia.

-Tío -interrumpió el nuevo, volviéndose, estupefacto, hacia su interlocutor-, es increíble. Parece totalmente que se lo cree. Y no ha cambiado ni una coma. ¿Y tiene más frases, o solo es esa?

-Tienen muchas más -aclaró-. Según lo que preguntes.

-Creo que es una IA -sostuvo otra interlocutora, antes de atrapar la última milhoja que quedaba.

-Wow -murmuró el nuevo, sin dar crédito-. ¿Entonces es verdad que les ponen un microchip?

-Su nombre en clave es ‘La voz de su amo’, pero no sabemos con seguridad si es un implante o si lo hacen voluntariamente. Lo que es seguro es que cuando vienen de Madrid ya llegan así. Y cuanto más tiempo pasan allí, peor. Se les va olvidando todo. Es como la peli aquella de los ladrones de cuerpos, ¿te acuerdas?

-¿Da miedo, ¿eh? Se le quitan a uno las ganas de que te elijan ¿Y a los que mandamos a Sevilla también les pasa?

-Esos han estado mucho tiempo callados, pero los han debido reprogramar y ahora van todo el rato como enfadados, y gritando.

-Pues yo creo que para volver a ganar hay que cambiar todo esto, compañeros -aseveró, preocupado, el nuevo.

-Nada, nada… Tú tranquilo. Si llevamos así toda la vida.

-Hombre, ya… -insistía-, pero la gente se puede terminar hartando y…

-¿Aquí? Chico, aquí no se harta nadie. Podríamos estar otros 30 años sin Ave que mínimo sacamos dos diputados y unas cuantas alcaldías. Yo te digo a ti que un día se nos va la pinza y les cortamos un carril de la autopista, los dejamos sin tren y les atascamos la H-30, todo a la vez, y aún quedarían un montón para aplaudirnos. A estos no hace falta ni ponerles microchip, tío. Nacen ya con el cerebro ‘lavao’ -Rió. Y rieron todos. Y rieron tanto que sus carcajadas retumbaron como un eco tenebroso por toda la provincia.

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