La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
En la sede, los contertulios la observaban ojipláticos perdidos. Algunos apenas eran capaces de sostener entre sus manos la taza de café, y los otros, más avezados en aquellas lides, aprovechaban para meterle mano a la bandeja de pastelitos de El buen gusto que había traído el nuevo para entrar con buen pie.
-Pregúntale otra vez, por favor -insistió, boquiabierto.
-Venga, una vez más y ya está -decía el otro, sonriendo maliciosamente-. Marisa, ¿hay algún problema con los trenes en Huelva?
Y Marisa, sin parpadear siquiera, pronunció exactamente las mismas palabras de hacía apenas dos minutos:
-La inversión pública que llega a Huelva en materia ferroviaria es real, concreta y responde a criterios de sostenibilidad, seguridad y vertebración del territorio. Estas actuaciones demuestran el compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con una infraestructura clave para nuestra provincia.
-Tío -interrumpió el nuevo, volviéndose, estupefacto, hacia su interlocutor-, es increíble. Parece totalmente que se lo cree. Y no ha cambiado ni una coma. ¿Y tiene más frases, o solo es esa?
-Tienen muchas más -aclaró-. Según lo que preguntes.
-Creo que es una IA -sostuvo otra interlocutora, antes de atrapar la última milhoja que quedaba.
-Wow -murmuró el nuevo, sin dar crédito-. ¿Entonces es verdad que les ponen un microchip?
-Su nombre en clave es ‘La voz de su amo’, pero no sabemos con seguridad si es un implante o si lo hacen voluntariamente. Lo que es seguro es que cuando vienen de Madrid ya llegan así. Y cuanto más tiempo pasan allí, peor. Se les va olvidando todo. Es como la peli aquella de los ladrones de cuerpos, ¿te acuerdas?
-¿Da miedo, ¿eh? Se le quitan a uno las ganas de que te elijan ¿Y a los que mandamos a Sevilla también les pasa?
-Esos han estado mucho tiempo callados, pero los han debido reprogramar y ahora van todo el rato como enfadados, y gritando.
-Pues yo creo que para volver a ganar hay que cambiar todo esto, compañeros -aseveró, preocupado, el nuevo.
-Nada, nada… Tú tranquilo. Si llevamos así toda la vida.
-Hombre, ya… -insistía-, pero la gente se puede terminar hartando y…
-¿Aquí? Chico, aquí no se harta nadie. Podríamos estar otros 30 años sin Ave que mínimo sacamos dos diputados y unas cuantas alcaldías. Yo te digo a ti que un día se nos va la pinza y les cortamos un carril de la autopista, los dejamos sin tren y les atascamos la H-30, todo a la vez, y aún quedarían un montón para aplaudirnos. A estos no hace falta ni ponerles microchip, tío. Nacen ya con el cerebro ‘lavao’ -Rió. Y rieron todos. Y rieron tanto que sus carcajadas retumbaron como un eco tenebroso por toda la provincia.
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