Un cierre que debe evitarse

Editorial

05 de septiembre 2014 - 01:00

EL anuncio oficial de presentación de un ERE para la totalidad de la plantilla de Ence en Huelva, y el cese de la producción de celulosa por parte de la compañía para centrarse en la generación de electricidad a partir de biomasa, fue ayer una relativa sorpresa. Es verdad que la empresa no se había pronunciado hasta ahora de manera oficial respecto a sus planes de futuro, pero lo cierto es que desde hacía varios años había un insistente rumor sobre la apuesta que Ence venía realizando en materia de inversiones. La producción de celulosa en Huelva viene encontrándose con muchas dificultades, entre las que figuran los problemas de suministro de materia prima debido tanto al aumento de los precios como a las restricciones a la plantación de eucaliptos, una situación que no existe en la vecina Portugal. A ello hay que sumar que la compañía, en paralelo a la fuerte inversión en su planta de biomasa en Huelva en la que ahora quiere centrarse, ha venido llevando a cabo una remodelación profunda de sus instalaciones en otros centros productivos de celulosa de España, especialmente en Navia (Asturias), que ha pasado a ser mucho más rentable. Los datos económicos aportados por Ence para justificar su decisión vienen a avalar el cese de la actividad: 48,6 millones de euros de pérdidas en Huelva en el primer semestre de 2014. El compromiso de la compañía de querer reubicar al conjunto de la plantilla es loable, pero tiene obviamente sus matices. Fundamentalmente porque buena parte de esas recolocaciones laborales no se llevarían a cabo en la planta de cogeneración de Huelva, sino en la mencionada factoría de Navia o en la de Marín (Pontevedra), con los consecuentes y graves problemas familiares -entre otros- que generaría una decisión de esas características. Se presenta, por tanto, un panorama muy difícil con soluciones nada sencillas, lo que obliga a empresa y sindicatos a ser especialmente sensibles, sin descartar ni mucho menos una salida negociada que evite el cierre. Acogiéndose a la normativa, Ence ha tomado una decisión empresarial pensando, según ella misma subraya, "en la necesidad de garantizar" su propia viabilidad, pero debe tener en cuenta que las decisiones traumáticas no son beneficiosas para nadie. Y en ese proceso no debe considerar como un factor marginal el futuro de los 294 trabajadores con los que cuenta en nuestra provincia. Por tanto, empresa y trabajadores están obligados a evitar el cierre agotando todas las vías de diálogo, en tanto que las administraciones deben mediar y dar su apoyo para mantener la Celulosa abierta en vez de perder el tiempo con críticas entre sí.

stats