Hay tesoros que guardan toda una vida. Recuerdos que crecen con el paso del tiempo y que transmiten historia, añoranza y nostalgia. Una memoria que permanece y sigue viva gracias al empeño de mantener la existencia de aquello que pasó y que todavía hoy se puede palpar con las propias manos. Manuel Prudencio Blanco, más conocido como Manolo el Ditero, es por decisión propia un verdadero guardián de la prensa escrita. Este beasino nacido en Trigueros, comerciante de toda la vida, guarda en los altillos de su negocio un museo que congela el tiempo de las palabras y de las imágenes, de los acontecimientos y hechos. Historias que todavía hoy se hablan en los corrillos y que gracias a él se pueden leer físicamente.
Su decisión de coleccionar comenzó el siglo pasado, cuando vendía a dita de casa en casa, gracias a su pasión por el Real Madrid y el año que viene cumplirá medio siglo de un laborioso y constante trabajo de recopilación. Sus primeras páginas de periódico llevaban el nombre e imagen del futbolista Emilio Butragueño, su ídolo, y más tarde se lanzó a la aventura de guardar todo lo relacionado con el equipo de sus amores, así como del Recreativo de Huelva y de la Selección Española.
Años más tarde regentó su propia zapatería y Manolo empezó a clasificar la historia a través de recortes de periódico, revistas y libros de todos los ámbitos. También buceó más en el pasado y su pequeño gran museo se abre de par en par con ejemplares que datan de 1932, lo más antiguo que tiene en su poder, tras conseguirlo gracias al boca a boca. También guarda ejemplares de Huelva Información, sobre todo de lo relacionado con los éxitos de la volantista onubense Carolina Marín.
Su pasión por la colección no se queda ahí, sino que Manolo también guarda publicidad y la tiene ordenada incluso por productos o servicios. Este lector empedernido de todo tipo de prensa escrita ha conseguido recopilar una gran parte de la historia del pasado siglo y del actual. Así, tiene en su haber las primeras publicidades de lavadoras automáticas, lavavajillas de principios de los años 60, alimentos de niños, y jabones, entre otras muchas cuestiones.
Otra sección que reluce en su inmensa colección son los carteles anunciadores de películas de cine, que por entonces se anunciaban en los periódicos en blanco y negro como reclamo para atraer a los espectadores a los cines que en aquella época abundaban en cada localidad. Cuenta que guarda todo lo que le parece interesante. Así, también tiene revistas de la Romería de Clarines, de San Antonio Abad, del Belén Viviente de Beas o de la Fiesta del Algodón de Mairena. La política tiene un hueco en su extensa hemeroteca con las primeras publicaciones del PSOE en vísperas de la democracia, entre otras muchas cuestiones. Hoy ya jubilado dedica un importante tiempo a mantener, perfeccionar y ampliar una colección que vale toda una vida en más de 300 archivadores.
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