Gala del 19 de octubre

Así ha sido la eliminación a cámara lenta y bizcocho rosa de Eduardo Casanova en 'MasterChef'

Eduardo Casanova en la eliminación de anoche en 'MasterChef Celebrity'

Eduardo Casanova en la eliminación de anoche en 'MasterChef Celebrity' / RTVE

Este MasterChef Celebrity se grabó bastante antes de todo el berenjenal de Luis Rubiales y su lamentable piquito. Los besos inundan los nervios y efusiones de los participantes y, sobre todo, de los invitados que se suman a la fiesta para jalear, que para eso les llaman. La semana pasada Xavier Deltell se pasó de pesado con Blanca Romero y la asturiana, el perejil de esta edición, se las vio con lengua de vaca de Flo, que también tiene sus noches pesadas cuando aterriza por MasterChef.

En cuestión de besos hasta Jesulín, salvado con toda esa malaje que está haciendo gala en estos jueves de La 1, accedió al piquito de Eduardo Casanova. “Besa bien”, decía con guasa el cineasta, tan histriónico a cada momento, con un dedo cortado. “Las dos Españas”, definió sobre ese fugaz beso ubriqueño.

El actor nunca pasa de largo y en su elaboración en la prueba eliminatoria se cargó con saña el molde de silicona como ya hizo con su delantal para convertirlo en el sayo de un trapo para limpiar. En la eliminación se mascaba ya su marcha. A Eduardo se le caían, literalmente, los huevos.

Debía hacer una tarta pija rematada por gelatina floral que convirtió en un grumo gigante rosa, rematado con extrañas transparencias a lo león come gamba. Adiós, Eduardo. Ha dado grandes momentos y el público ha descubierto cómo es. Tiene humor y dignidad entrañable. Su tarta le representaba, surrealista, admitía con emoción. Y sabía que estaba fuera.

“Tu tarta es muy mala”, juzgó Pepe, rebajando la tensión dramática. Carlos Latre imitaba a Tamara con gran cachondeo. Entre chiste y poesía, Casanova dejó el delantal. “Hay que conocerte para quererte, cabrito”, le despidió con justicia el chef manchego.

Y qué primor el de Laura Londoño. Siempre brillante, con su pin de inmunidad intaposiblecto y que muestra su habilidad de manera fascinante. Jesulín le tiene una manía que supera el pique para convertirlo en envidia. Si, porque la colombiana es enviable.

Hay mujeres así de perfectas, como el bizcocho de esa prueba de eliminación. "Im-presionante", admitió el torero, que fue también besado por su ex novia, Toñi Moreno, que dedicó una excelente tarta a Terelu.

La eliminación de Eduardo Casanova, con su desastroso postre, procedía del suicidio por arrogancia de Blanca Romero, que llegó a enfadarse de verdad con su amor de conveniencia, Pepe Rodríguez. Mandó y tomó sus decisiones al albedrío y despegándose de las recetas de Nino Redruello. Se llevó por delante a sus compañeras en el caos que todo el mundo veía menos ella. Era como el mañico ante la locomotora.

Antes, al servicio de los marqueses de Luján de la serie, Jorge Cadaval estuvo inenarrable como cocinero alemán en busca de trabajo y Jesulín, con bigote, poniéndose al servicio de los aristócratas de La Promesa.

La noche se había abierto con un cúmulo de desastres cuando los concursantes intercambiaron sus cestas cuando iban confiados a hacer sus recetas favoritas. Ya se atisbaba que Edu iba a sufrir. Y Escassi es el único que puede poner en aprietos a Laura Londoño.

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