Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Rosas desde Colombia y Ecuador; orquídeas desde Tailandia y toda Asia, y lirios desde Holanda. Los colores y olores más refinados de cada continente viajarán en forma de miles de flores hasta Huelva capital con motivo de la Magna Mariana, que está a menos de cuatro días de pasar de ser un sueño a una realidad. Mientras las iglesias ven materializado el trabajo que llevan haciendo desde hace meses, las floristerías, responsables de los exornos florales, viven ahora los momentos más tensos con el gran desafío de "lo efímero de su belleza y las altas temperaturas".
Antonio Rivera, de la floristería que lleva su nombre, no para de recibir cargas y cargas de todas ellas. Aunque la experiencia es un grado, reconocía durante la mañana del martes a Huelva Información que se enfrenta a un reto sin precedentes. "Estamos acostumbrados a un volumen de trabajo muy grande como el de la Semana Santa, pero ahora se aglutina todo en un único día", añadía desde su taller.
"Montamos prácticamente la mitad de los pasos que van a componer la procesión Magna Mariana, sumándole además que todas las iglesias y capillas de las hermandades van a estar en veneración y con las vírgenes expuestas, por lo que también tenemos que exornar iglesias, azulejos, ramos de ofrendas, y regalos de las hermandades entre sí, además de muchos otros", enumera.
La dificultad de todo esto es que los trabajos se aglutinan en un solo día"
El traslado final de los ramos hasta los templos será el jueves durante la tarde y culminará el viernes por la noche, cuando todas las flores estarán listas para "poder lucirse" desde la mañana del sábado. Aunque ellas no son el "gran protagonista" de la procesión, son el complemento que remata la arquitectura de la obra de arte. "Las flores no tienen que ser el centro de atención, pero sí ese complemento final que cierra la armonía. Le dan vida al paso y son arte que respira en la calle", explicaba con emoción a este periódico.
Mientras, vienen días de trabajo ininterrumpido, entre cajas, cubos con agua, esponjas hidratadas, tijeras, jarras, frisos y cientos —miles— de tallos y pétalos, que esperan su momento para iluminar cada palio. "Todo tiene que estar coordinado al milímetro, con un horario concreto y cada uno de los miembros de mi equipo conoce lo que tiene que desarrollar. La mayoría de las flores ya van elaboradas desde nuestro taller, y después vamos a las propias iglesias a rematar, a poner lo que son las esquinas y elementos que no podemos llevar hechos desde aquí", explicaba.
Josechu Llanes, otro de los floristas más conocidos de Huelva, lo corroboraba desde su taller. "Ansiosos de poder mostrar todo el trabajo. Lo complicado del momento es el calor que hace", contaba. "Temperaturas extremas que nos obligan a montar las flores lo más tarde posible para que luzcan en toda su plenitud, con entre 2500 y 3000 tallos de flores".
Desde el establecimiento, trabajan sin prisa pero sin pausa en los adornos del palio de la Virgen del Refugio de la Hermandad Sacramental de Pasión, de la Parroquia Mayor de San Pedro. "Es algo muy importante, porque la trascendencia de esta celebración es algo que a día de hoy vemos grande, pero no sabemos aún la dimensión que va a tener. No somos conscientes de ello", celebraba. Aún no pueden desvelar los detalles de los exornos, "porque son sorpresa por parte de la priostía", pero adelantan que serán "preciosos, originales dentro de lo que suele llevar la Virgen del Refugio y clásicos".
Por ahora, los talleres se han convertido en "la ONU de las flores". Atravesando todos los rincones del mundo y gracias a un "gran despliegue logístico", las hermandades por fin tienen a su disposición los colores que buscan. "Llegan flores desde muchos países del planeta”, detalla Antonio. Mientras las rosas latinoamericanas son las más demandadas por su "resistencia, su color y su elegancia", las orquídeas y las tropicales aportan ese "toque exótico", y desde Holanda, epicentro del mercado floral europeo, llegan "flores más delicadas y especializadas que completan el conjunto".
El problema más grande nos ha surgido con los nardos, que son una flor de temporada pero por las altas temperaturas apenas hay"
Aunque son los que menos, también les ha surgido algún contratiempo. "Uno de los grandes problemas ha sido la escasez de nardos", una flor de temporada que recuerda a la tradición cofrade. "Muchas hermandades querían contar con ellos, pero con las altas temperaturas que hemos tenido, no hay. Lo que había se usó con procesiones de principios de mes y estamos teniendo que sustituirlos por otras opciones", reconoce.
No queda otra que jugar a contrarreloj y tener el tiempo justo para terminar cada detalle. Pero no significa que no haya un gran "proceso artístico" y pausado detrás. Desde las floristerías, trabajan codo con codo con las distintas hermandades, que son quienes dan la aprobación final a las propuestas de los exornos florales. "Realizamos un estudio con las priostías, ya que la decisión final las tienen ellos. Hay que jugar un poco con los tonos del palio, del paso, los colores del manto, del terciopelo, para hacer lógicamente un conjunto agradable y armónico, en el que no haya contrastes demasiado fuertes y todo luzca en perfecta sintonía".
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