Sanidad

España, a salvo del repunte de casos de sarampión por su escudo vacunal

Niña con sarampión.

Niña con sarampión. / MAJD ALJUNAID (Efe)

El sarampión se considera una enfermedad erradicada en España desde 2016 por un escudo vacunal que alcanza al 95% de la población, de forma que el año pasado se confirmaron sólo 11 casos, todos ellos contagios importados, en medio del repunte de la enfermedad en algunas regiones de Europa y cuya alerta preocupa a expertos y organismos pero es baja para nuestro país.

La advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta semana sobre el aumento exponencial de casos de sarampión en la región europea el año pasado ha hecho que la enfermedad esté sobre la mesa nuevamente, pero no en España, una de los países que esquiva los casos autóctonos que provoca el virus, de la familia de los paramixovirus, desde hace casi una década.

En los países y zonas en las que ya no circula por la inmunidad de rebaño que proporciona llegar al 95% de vacunación con dos dosis, el 60 o 70% de los casos de sarampión se están dando en adultos con una edad comprendida entre los 20 y 50 años, según datos de la OMS.

La alerta lanzada esta semana por la OMS tiene su origen en 2020 tras el estallido de la pandemia, que provocó una caída de la cobertura de vacunación que ha durado hasta 2022 y que se suma al auge de los movimientos antivacunas en los últimos años, lo que ha provocado el resurgimiento del virus en 40 de los 53 países de la zona.

En los registros de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave) -con datos del Instituto de Salud Carlos III- e incluso en un informe elaborado el año pasado con motivo de la presidencia española de la UE, se hace hincapié en el sistema de vigilancia español, que evalúa continuamente los pocos casos que se confirman, el último detectado este enero en Cataluña y relacionado con un viaje a la India.

Inmunidad vacunal

Una inmunidad efectiva contra el sarampión sólo se consigue si los países disponen de calendarios y programas de vacunación capaces de mantener altas coberturas, de más del 95% con 2 dosis de vacuna, por lo que tasas inferiores a esta cifra provocarán repuntes, como ha ocurrido en varios países de la región europea, que en conjunto han registrado más de 30.000 casos entre enero y octubre de 2023.

En una entrevista con Efe, María del Mar Tomás, médico y microbióloga del Hospital Universitario de La Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), ha explicado que no ha habido una erradicación completa del sarampión porque al bajar la tasa vacunación la enfermedad rebrota y, aunque el riesgo sea "bajo" para España, hay comunidades en las que ha se ha reducido el porcentaje necesario para la inmunidad de grupo.

Por ello, ha hecho "una llamada de atención" a mantener estas tasas desde la infancia con la inoculación en los menores de la "triple vírica" -el suero contra el sarampión, rubeola y parotiditis- y en adultos no vacunados o con dudas.

"El sarampión es muy contagioso", ha incidido y ha indicado que la tasa de mortalidad infantil, que en 1996 alcanzó el 17,5%, se sitúa en los últimos años en torno al 6,3%, al tiempo que ha recordado que Ucrania, Rumanía y el Reino Unido han registrado importantes rebrotes y que la enfermedad en países como Estados Unidos repunta anualmente por negativa u olvido de la vacunación.

En 2019 el Ministerio de Sanidad estableció en su calendario común de vacunación un llamamiento a los nacidos a partir de 1970, ciudadanos en ese entonces de entre 40 y 50 años, que no estuvieran seguros de haber recibido las dos dosis necesarias de la vacuna o no hayan padecido el sarampión.

Un protocolo sobre la vacunación al que se ha añadido el plan de prevención contra el sarampión y la rubeola 2021-2025, que incluye medidas acordadas con las comunidades.

Transmisión y síntomas

La microbióloga y portavoz de la SEIMC señala que los primeros signos de infección vírica se pueden confundir con otros procesos, de forma que comienza con síntomas respiratorios, tos, mucosidad, conjuntivitis y, posteriormente, se diferencia de la varicela porque su exantema empieza en la cara y la nuca y se extiende a manos y palmas de los pies.

Tiene una tasa de ataque de más de un 90% y se transmite por aerosoles, contacto directo con las secreciones nasales o faríngeas y se puede contagiar de cuatro días a cuatro después de que aparezca el exantema en la piel.

También puede derivar en otras infecciones graves, diarrea intensa, neumonía e encefalitis.

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