Semana Santa

La sinfonía más triste de una banda

  • Llevan un año sin actividad por la pandemia, lo que les afecta no solo en lo económico sino en la supervivencia musical

  • La vuelva será dura porque tendrán que reorganizar grupos de voces y retomar las marchas

Agrupación Musical de la Sagrada Cena en el Domingo de Ramos.

Agrupación Musical de la Sagrada Cena en el Domingo de Ramos. / Alberto Domínguez

Son uno de los activos más importantes, por su papel y su aportación de personas jóvenes. Las bandas y agrupaciones musicales vinculadas a la Semana Santa están viviendo el peor momento de su historia por el parón en su actividad provocado por el coronavirus.

Desde el pasado 14 de marzo su actividad quedó suspendida, “estamos en una situación muy difícil pendiente de un protocolo para las bandas que tiene anunciado la Junta de Andalucía, ya que la situación de las mismas no están recogidas en ninguna parte porque no somos un colectivo profesional”, señala Rubén González Téllez, director de la Agrupación Musical de la Sagrada Cena, una de las formaciones de mayor calidad musical de Andalucía, como vienen demostrando año a año por toda la comunidad autónoma. No pueden realizar ningún tipo de ensayos, además no sería posible porque ellos los venían realizándo en la franja horaria de 21:00 a 23:00 lo que le coge en el toque de queda.

“La diferencia con las bandas profesionales es que sus músicos pueden estudiar en sus casas, son grupos reducidos, es otra realidad”, dice González Téllez.

Sin embargo, las bandas que acompañan a los pasos de Semana Santa “llevamos un año sin ensayar y así están todas en Andalucía, nuestros locales de ensayos además lo hace inviable, porque con los instrumentos de viento metal el riesgo de contagio por aerosoles se multiplica”.

El hecho de que pudieran ensayar en espacios abiertos en estos momentos también sería inviable, así lo refiere Rubén González Téllez.

“En la zona de nuestro local no disponemos de un espacio externo donde pudiéramos ensayar, es una carretera con tráfico de coches en un polígono industrial y lo más cerca es una zona de vivienda que no es lo más recomendable para los ensayos”, dice.

En cuanto a un número limitado de componentes de la banda para los ensayos que pudieran estar en 50 músicos tampoco hace viable sus actuaciones, “porque sería la mitad y así la marcha no suena como debiera, no tendríamos el nivel de exigencia que se necesita para defender la marcha”.

En Huelva hay seis bandas y agrupaciones musicales que están en la misma situación, con un número de componentes de unos 100 músicos cada una.

Económicamente la situación es bastante difícil, “nos estamos manteniendo con el remanente de 2019; el Ayuntamiento de Huelva previo a la pandemia aprobó una ayuda de 6.600 euros por cada banda que nos van a pagar en breve”. Estas formaciones musicales han tenido que hacer frente a los pagos previo a la Semana Santa pasada de uniformes e instrumentos, cuando no cobraron sus contratos, en el mejor de los casos una pequeña parte.

A estos gastos se añade el del contrato de alquiler de las naves de ensayos, ocurre que aun cuando no tienen actividad ninguna cumplen también la función de almacén. “Allí tenemos 100 instrumentos, 100 sillas... necesitas un local para guardarlo todo”, así que muchas han tenido que negociar bajar el precio del alquiler para poder continuar en ellos.

Las bandas se encontraron que el pasado año se suspendió la Semana Santa cuando ellos tenían sus contratos firmados y realizados los gastos previos para esas salidas, como uniformes, nuevos instrumentos, más los gastos de local. Así que buscaron la ayuda en las propias hermandades las que al menos les abonaron el 25 % de lo pactado y es que la mayoría de las bandas de la capital mantienen una relación muy estrecha con las hermandades, con ellas no solo se cuenta para la salida en Semana Santa, sino que participan en sus actos, ofrecen también conciertos.

La verdad es que no nos han dejado tirados, sí sabemos que hay pueblos que todas las hermandades se pusieron de acuerdo para no pagarles a las bandas, en Huelva sí hemos notado esa ayuda”, resalta Rubén González. Las cofradías en aquel momento “sí habían recibido los ingresos la venta de los abonos de los palcos, las cuotas anuales y las papeletas”, señala. Este año, sin embargo, “no le vamos a pedir nada a las hermandades, esperamos que todo pueda volver a empezar para octubre sí van bien las vacunaciones, pero aún es prematuro pensar en algo”.

La subsistencia económica es uno de los problemas a los que se enfrentan las bandas pero también está la supervivencia musical. “El primer problema que vamos a tener es que tendremos bajas y habrá que formar nuevos grupos y eso repercutirá en el repertorio musical, porque habrá que repasar las marchas, ellos aprenden por repetición, no son músicos profesionales”, dice.

Cuando vuelvan será necesario “reagrupar músicos, grupo de voces, montar marchas, un trabajo arduo, hasta ahora solo habíamos parado dos meses en verano y vamos por un año”. No hay que olvidar que será necesario reparar instrumentos que llevan sin usarse todo un año, y habrá a quienes también se le haya quedado pequeño el uniforme. “Todos son gastos”, dice.

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