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La Semana Santa de Huelva llega al Centro Penitenciario

  • ‘Huelva Información’ lleva la saeta y la música cofrade a los internos. Un adelanto de la Semana Mayor en la palabra de José Antonio Vieira

José Antonio Vieira en el momento de pronunciar su pregón en el salón de actos del Centro Penitenciario de Huelva.

José Antonio Vieira en el momento de pronunciar su pregón en el salón de actos del Centro Penitenciario de Huelva. / Alberto Domínguez

La Semana Santa llegó al Centro Penitenciario de Huelva y lo hizo de la mano de la Tertulia Cofrade ‘El Aguaó’, de Huelva Información con la colaboración del Servicio Diocesano de Pastoral Penitenciaria y de Instituciones Penitenciarias.

Es el tercer año que la Cuaresma se adentra hasta el Centro Penitenciario para compartir con los internos la forma tan especial que Huelva siente estas jornadas que acercan a la conmemoración pasionista. Se celebró uno de los actos que vienen a resaltar el sentimiento tan especial con el que se viven estos días, en los que se recrean la palabra, el desgarro de la saeta y la música.

Jeromo Segura y José Antonio VIeira. Jeromo Segura y José Antonio VIeira.

Jeromo Segura y José Antonio VIeira. / Alberto Domínguez.

Un acto por el que este periódico agradecía a Instituciones Penitenciarias esta oportunidad que permite ofrecer a los internos una mañana en la que las mentes de todos, fundidas en recuerdos y vivencias de cada uno, hacen volar a las ciudades y pueblos de quienes llenaban el salón de actos del centro.

Una mañana esperada y deseada en esta Cuaresma, en la que lo cofrade tiene un escenario distinto, pero que en el fondo es el mismo que en cualquier otro lugar, pues es en el interior de cada uno donde se vive la Semana Santa y, por tanto, donde toma plenitud que es en lo individual, para convertirlo en la suma de deseos de tantos y tantos que hacen a esta celebración la más importante de nuestra ciudad y de Andalucía.

Una Semana Santa expresada desde lo cultural de la palabra y la música, para crear ese ambiente en el que cada uno visualiza un tiempo, un lugar, los amigos y la familia, o la esencia misma de un barrio que se transforma en Semana Santa. Así, el salón de actos del Centro Penitenciario se transformó en calles y plazas, en barrios de cada uno de los que asistiendo participaban también de su propia Semana Santa, para vivir de una forma conjunta este rememorar pasionista en la dimensión cultural de Andalucía.

No hubo mejor forma de abrir la mañana cofrade que con la alegría popular de la marcha Campanilleros, que el maestro Francisco Navarro había elegido para este arranque de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, que gracias a la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Huelva participó en el acto.

El que fuera pregonero de la Semana Santa de Huelva José Antonio Vieira Roldán introdujo la mañana cofrade, este tiempo propio del año para exaltar “la vida, los colores, la luz, los sonidos, incluso los que no se escuchan”. Gracias a la única estación femenina del año: la primavera. “Quizás, ese sea el motivo, por el que Dios eligió a esta estación para que, desde el inicio de los tiempos se exaltara la vida, pues la vida, siempre tendrá un origen femenino”.

José Antonio Vieira trasladó con sus palabras a cada uno de la población interna, que convergen aquí de muy distintos lugares de Andalucía, a sus pueblos en esa jornada de inquietudes y deseos en la que “todos quisimos ser cofrades, de alguna manera u otra”. Así, en Semana Santa buscamos lo que “recorrimos y recorreremos, actualmente, las calles como posesos buscando ese momento único viendo a la hermandad de nuestro barrio”.

Invitaba a despertar ese “sentimiento único” de esa Semana Santa, que “entra en nuestras almas por los cinco sentidos”. A escuchar ahora, en el recuerdo de cada uno, “las campanas que suenan desgañitadas en la tarde del Domingo de Ramos”.

Jeromo Segura estuvo cercano a todos con la profundidad y el buen saber de un gran saetero

Esa Semana Santa se hacía presente en el salón de actos en la voz profunda del cantaor Jeromo Segura que ofreció lo mejor de su cante, en un desbordar de ilusión, de compartir con todos estos sentimientos. Lo hizo acercándose al público de una manera muy especial. Cantó a capela en el centro del escenario, casi abrazando a cada uno de los asistentes con sus manos abiertas. Un Padre nuestro muy cercano, que seguirían en el desgarro de su voz los oles y el aliento de “qué bonito, hijo”.

Esa complicidad entre el público y quienes acercaban la Semana Santa fue en todo momento la línea conductora de la exaltación.

Una Semana Santa que llegaba a los sentidos cargadas de ese caleidoscopio de olor de la primavera, como José Antonio Vieria se encargó de acercar en “esas chicotás de ensueños”, en las que “cualquier cofradía parece que sale sólo para nosotros”.

Una Semana Santa tan diversa como se expresa en tantos sitios y de manera distinta, con estrepitosos sones o los silencios castellanos-leoneses en los que se viven con especial severidad estos días santos. Una celebración que en Andalucía a veces puede ser difícil de comprender, en la algarabía que va anunciando desde el primer día el tiempo de la pascua del Domingo de Resurrección.

En la evocación del silencio interior de la Semana Santa de cada uno compartía el rezo del cante, pues “con el oído escucharemos, con los ojos contemplaremos y con el alma rezaremos”.

Una saeta de Jeromo Segura dedicada a una advocación muy especial para él, la del Señor Cautivo. Al que cada año le canta el Lunes Santo y al que desde hace tres es su costalero. Un rezo igual de emocionado para todos, en esa cercanía en la que se acerca andando al paso del Cautivo, como lo hacia en este salón de actos. Un cantaor que se mostró humilde, pero grande como artista en el cante.

Una Semana Santa de recuerdos, como decía José Antonio Vieira, de familia, de abuelas y madres. De vida entre las personas, de plazas y calles, de bares con “una cervecita fresca en la mano” o de “pestiños melosos” esperando la llegada de una cofradía.

Llegaba el exaltador al final con la esperanza de la jornada de la Resurrección. Lo hacía agradeciendo este rato compartido de Semana Santa y reconociendo la emoción que le había hecho “este momento que ya vivía desde que hoy me levanté, por el respeto que os tengo y por saber al sitio al que vengo, gracias”.La Banda Sinfónica Municipal de Huelva cerró el acto con un repertorio de varias marchas. Lo hizo con la profesionalidad de siempre y, además, la entrega para bordar esta mañana cofrade.

Sonó Encarnación coronada con la Banda Sinfónica Municipal de Huelva y volvió a inundar el salón de actos de la alegría de un paso de palio andando delante de nosotros. En la complicidad de todos, José Antonio Vieria se arrancó para acompañar la música con el Dios Te salve que exalta la partitura musical, con un director de la Sinfónica que invitó a todo el que quiso a acompañar el rezo de esta marcha.

Virgen de los Estudiantes fue la siguiente partitura en sonar, para cerrar con la alegría de Corazones cinteros que evoca a la Patrona de Huelva, Nuestra Señora de la Cinta, y ascendía la mente de todos hasta El Conquero.

La exaltación a la Semana Santa en el Centro Penitenciario de Huelva cumplió los objetivos de acercar la Cuaresma a los internos, de hacer volar por sus muros las saetas, que llegaban a ese cielo inmenso de Huelva que revolotean en el patio los gorriones.

Ese poco o mucho de aire fresco de la calle es el que la Tertulia Cofrade ‘El Aguaó’ llevó en este tiempo de Cuaresma, compartiendo la Semana Santa onubense, que se vive también en el interior de los muros. Acercamos así la expresión externa de las hermandades que son las cofradías al interior del Centro Penitenciario de Huelva.

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